Reino Unido crecerá menos después del Brexit, aunque Theresa May logre sacar adelante en el Parlamento el plan acordado con la Unión Europea y sea capaz de negociar la futura relación comercial que pretende. El ministro de Economía, Philip Hammond, cuyo departamento publica este miércoles un análisis con el impacto que tendrán sobre la economía los distintos escenarios que hay sobre la mesa, ha admitido que la propuesta que May pretende llevar a la Cámara de los Comunes dejará al país en una situación peor que la actual. “Pero no mucho peor”, ha intentado matizar Hammond en la cadena BBC.
Según el informe, de 90 páginas, incluso si el acuerdo alcanzado por May con la UE saliera adelante, el PIB se reduciría en un 3,9% en los próximos 15 años.
“Si solo tuviéramos en cuenta las consideraciones económicas”, ha explicado el ministro, “está claro que este análisis muestra que permanecer en la UE es claramente un mejor resultado para la economía de Reino Unido, pero no por mucho. Pero la gente no se fija solo en la economía. También contempla los beneficios políticos y constitucionales de la salida”.
El análisis del Gobierno, cuya voluntad última es demostrar que una salida de la UE sin acuerdo —como pretenden los euroescépticos— sería mucho peor que una retirada negociada, pretende ser un elemento determinante en la campaña emprendida por May para convencer a los diputados de que respalden el acuerdo alcanzado con la UE en la votación del próximo 11 de diciembre.
Según el informe, la economía de Reino Unido vería reducido su PIB hasta 10 puntos en los próximos 15 años si el país abandona a las bravas las instituciones comunitarias, es decir, unos 170.000 millones de euros. Pero incluso otras opciones, como un pacto similar al acuerdo de libre comercio que existe en tre la UE y Canadá y Noruega, que permitiera a Reino Unido permanecer en el Area Económica Europea, reduciría en un 1,4% el PIB del país.
Los euroescépticos han reaccionado con cólera ante estas previsiones, y enseguida han restado valor a un informe que el propio Gobierno pretende presentar más como un análisis que como una previsión. “Existe una brecha de credibilidad en estas previsiones del Tesoro”, ha dicho Dominic Raab, exministro para el Brexit y hoy uno de los candidatos en este bando para una eventual sustitución de May.
El ministro de Economía, un firme defensor de la permanencia en la UE, se ha negado a contemplar la posibilidad de que el plan de May sea derrotado en el Parlamento y el Gobierno deba trabajar en un plan b. “Las otras opciones no presentan más que desventajas. Y necesitamos enfocarnos no solamente en la economía, sino en comenzar a cicatrizar las heridas sufridas como país”, ha dicho.