Orán, Argelia, dic. 6.
Diecinueve religiosos católicos, entre ellos los siete monjes de Tibhirine, asesinados en Argelia durante la “década negra” de la guerra civil, serán beatificados el sábado en Orán, la primera ceremonia de beatificación celebrada en un país musulmán.
Los monjes de Tiberíades, a 80 km al sur de Argel, cuyo trágico final inspiró la película “De dioses y hombres” (2010), del francés Xavier Beauvois, fueron secuestrados en marzo de 1996 en su monasterio de Notre-Dame du Atlas.
Las circunstancias exactas de su asesinato, anunciado el 23 de mayo por el Grupo Islámico Armado (GIA), siguen sin haber sido esclarecidas.
Al mismo tiempo que ellos, serán beatificados monseñor Pierre Claverie –obispo de Orán y ferviente defensor del acercamiento entre religiones, muerto por la explosión de una bomba el 1 de agosto de 1996– así como cinco religiosos y seis religiosas asesinados por disparos entre 1994 y 1995 en Argel y Tizi-Ouzou, a unos cien kilómetros al este de Argel.
Esta ceremonia es “una manera de poner de relieve” la acción de estos 19 hombres y mujeres que “escogieron quedarse en Argelia” cuanto más violencia había, y dar más importancia a sus “lazos afectivos y amistosos (con los argelinos) poniendo en peligro su vida”, y acabando por morir, explicó a la AFP el cardenal de Argel, monseñor Paul Desfarges.
“No dudaron en arriesgar su vida ya que lo más importante para ellos, era su relación con los otros”, señaló.
El punto común entre estos 19 elegidos, procedentes de ocho órdenes religiosas, es que todos mantenían estrechos vínculos con Argelia y su población, especialmente con los más pobres.
La mayoría de ellos habían pasado varias décadas en Argelia cuando fueron asesinados. Algunos vivían allí desde los años 1950. El hermano Luc llegó al monasterio de Tibhirine en 1946.
– Junto a los mártires argelinos –
Muchos había estudiado árabe y el Corán, abriendo un diálogo entre cristianos y musulmanes.
De ahí la importancia de una ceremonia de beatificación en Argelia, el país donde escogieron vivir, a pesar de los riesgos, según monseñor Desfarges.
Presidida por el enviado especial del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto por la congregación para la causa de los santos (encargado en el Vaticano de los procesos de beatificación y canonización), la ceremonia se llevará a cabo en la iglesia de Notre-Dame de Santa Cruz, que domina la bahía de Orán y la ciudad, a unos 400 km al oeste de la capital.
Es la primera vez que la Iglesia efectuará, en una país musulmán, una beatificación de mártires, recordó en Roma el padre Thomas Georgeon, defensor de su causa.
No se trata de “glorificar la muerte de cristianos frente a musulmanes, sino de celebrar su muerte al lado de tantos mártires argelinos”, destacó.
Alrededor de 200.000 personas murieron durante la guerra, incluyendo numerosos civiles, víctimas de atentados o de masacres imputadas a los grupos islamistas que se enfrentaron a las fuerzas de seguridad entre 1992 y 2002.
“No queríamos una beatificación entre cristianos, pues nuestros hermanos y hermanas murieron en medio de decenas y decenas de miles de argelinos” musulmanes, explicó a la AFP monseñor Desfarges.
En este sentido, recordó que “144 imanes (argelinos) fueron abatidos por haberse negado a firmar fatuas que justificaban la violencia” de los grupos armados, así como “intelectuales, periodistas, pero también familias que se negaron a obedecer a los grupos armados”.
La Iglesia se siente “cercana a todos los que fueron fieles a Dios en Argelia, a su conciencia y al amor a su país durante esos años negros”, añadió.
Al ser beatificados, los 19 “mártires de Argelia” se convertirán en “modelos” que “muestran el camino que hay que seguir”, añadió: como ellos, “queremos continuar siendo esta Iglesia de amistad, de fraternidad y de convivencia”.