Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Gobierno confirma la muerte de Guacho, el disidente más buscado de las FARC

Publicado el 22/12/18

Tres meses después de que el Gobierno de Colombia anunciase prematuramente su caída, el hombre más buscado a ambos lados de la convulsa frontera con Ecuador murió este viernes en una operación militar en el departamento de Nariño. Walter Arizala, alias Guacho, líder de una de las mayores disidencias de la exguerrilla de las FARC, era un objetivo de alto valor para el ejército desde hace al menos un semestre. “Hoy muchas comunidades de Colombia van a dormir tranquilas porque ha caído uno de los más horrendos criminales que haya conocido nuestro país”, dijo el presidente Iván Duque al confirmar la noticia.

“Vamos a seguir obrando con contundencia, con determinación, en defensa del pueblo colombiano”, se congratuló el mandatario en su alocución desde Medellín, tras una reunión con los alcaldes de las capitales de Colombia. Duque, que tomó posesión el pasado 7 de agosto, recordó que le había prometido al pueblo ecuatoriano que el secuestro y asesinato a quemarropa de los tres miembros de un equipo periodístico del diario El Comercio —uno de los crímenes atribuidos a Guacho— no quedaría en la impunidad.

Poco después, los familiares de los periodistas reconocieron en un comunicado conjunto el trabajo de las autoridades colombianas, pero lamentaron que no fuera capturado con vida. “Aún hay muchas preguntas que no han sido contestadas y muchas dudas que ni Ecuador ni Colombia han estado dispuestos a despejar. Seguiremos exigiendo que se revele la verdad absoluta con respecto de todos los hechos alrededor del crimen atroz en contra de los tres que nos faltan”, apuntaron.

En septiembre, Duque anunció que Guacho había quedado gravemente herido en otra operación del ejército en Nariño. Incluso el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, celebró la noticia y felicitó a su homólogo colombiano. Sin embargo, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, había tenido que rectificar la información y este mismo viernes explicó que en aquel entonces sí fue alcanzado por los francotiradores de la fuerza pública, pero se había salvado por usar un chaleco blindado.

Duque, con un discurso que pone el énfasis en la legalidad y el emprendimiento, ha tenido un incierto arranque de Gobierno y sus índices de popularidad se han desplomado a mínimos históricos, pero diciembre ha sido un mes de anuncios favorables. En las últimas semanas ha conseguido un acuerdo con los estudiantes para terminar con dos meses de protestas a favor de aumentar el presupuesto de la educación superior, ha fijado un aumento del salario mínimo para 2019 por medio de un inusual acuerdo concertado y ahora ha anunciado la caída de Guacho en las vísperas de Navidad.

El disidente más buscado

Guacho, considerado una prioridad militar tanto en el tramo final del mandato de Juan Manuel Santos como en el comienzo del de Duque, se había tenido que desplazar en los últimos meses ante la ofensiva desplegada por las fuerzas de seguridad. Con menos de 30 años, encabezaba el autodenominado Frente Olivier Sinisterra, una disidencia de las FARC en Nariño —el departamento con más hectáreas de coca en Colombia— que se distanció del acuerdo de paz que selló a finales de 2016 Santos con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, hoy desarmadas y convertidas en partido político. El Gobierno calcula que las disidencias de las FARC que operan en distintas regiones suman al menos 1.200 hombres; de todos los ataques que se les atribuyen, el 5 % han ocurrido en Ecuador.

De acuerdo con las autoridades, el Frente Olivier Sinisterra, que se ha opuesto abiertamente a los planes de sustitución y erradicación de cultivos ilícitos, mantiene vínculos con los carteles mexicanos del narcotráfico y ha perpetrado todo tipo de acciones a ambos lados de la frontera, desde coches bomba hasta el crimen del equipo de El Comercio. Guacho era considerado un experto en explosivos en las filas de la guerrilla, donde solo alcanzó a ser un mando medio. Su decisión de sumarse a las disidencias, según un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), respondió a la presión de narcotraficantes de la zona, la falta de garantías de seguridad y la presencia de otros grupos armados.

En la zona fronteriza entre los dos países, la costa del Pacífico es la salida natural para las rutas del narcotráfico hacia México y Centroamérica que tienen como destino final Estados Unidos. Los grupos armados que operan en Tumaco y otros lugares se lucran, además del narcotráfico, de la minería ilegal, la trata de personas y el contrabando de todo tipo, agravado por la dolarización de la economía ecuatoriana que facilita el lavado de dinero.



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