Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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Al menos dos personas murieron tras un corte de luz en un centro de salud de la capital de Venezuela

Publicado el 17/01/19

En la penumbra, Dayana Pérez Marcano escuchó a los doctores gritar el nombre de su hermano: “¡Familiares de Eduan Pérez!”. Se movió con nerviosismo y conversó con los médicos: “Sospechaba que iba a morir cuando se fue la luz porque estaba conectado a una máquina de respiración artificial”, relató.

Un apagón en el Hospital Clínico Universitario de Caracas provocó la muerte de, al menos, dos pacientes, el pasado sábado. El cuerpo de Eduan Pérez, uno de los fallecidos, permaneció cuatro días en la morgue del centro de salud. “Los directores no querían entregar el cadáver, era lo único que pedíamos y no lo hacían porque querían asegurarse de que el expediente forense indicara que murió por causas naturales y no por el corte eléctrico”, asegura la hermana. La historia conmocionó a los venezolanos, en unas horas en las que las miradas estaban puestas en el controvertido inicio del segundo mandato de Nicolás Maduro, no reconocido como presidente de Venezuela por la oposición y parte de la comunidad internacional.

El suceso devino en un conflicto político sin que se hayan aclarado aún las circunstancias de lo que ocurrió. Maduro acusó a la oposición de “terroristas” en su comparecencia ante la Asamblea Constituyente, el órgano creado por el oficialismo para deslegitimar la Asamblea Nacional, de mayoría opositora. “Sabotearon los sistemas de recarga y carga eléctrico, los desprendieron y se lo llevaron para crear un show en los medios de comunicación social”, denunció.

Las inmediaciones del hospital son el reflejo de la trascendencia del suceso. Están vigiladas por decenas de policías. Sus trabajadores, los gremios de salud y los parlamentarios de la oposición rechazan la versión del sabotaje. Winston Flores, diputado de la Asamblea Nacional, recopila información sobre el incidente para denunciar ante los organismos internacionales la crisis de Venezuela. “Nosotros investigamos a fondo las causas. El régimen solo reconoce dos muertos, pero el personal médico afirma que se trató de seis personas… Esto es un homicidio. La directiva sabía que había fallas eléctricas en Caracas y no repararon las plantas de energía, pese a los avisos”, explicó.

Muchos pasillos están desolados por la falta de iluminación, no funcionan los aires acondicionados y los pacientes llevan su propia agua y medicamentos ante la precariedad; siempre comen arroz. Es un sitio, como dice Dayana, en el que la esperanza se pierde.

El Sindicato de Trabajadores de Hospitales de Caracas había advertido hace meses de la necesidad de reparar las plantas de energía del Clínico Universitario. Su representante, Mauro Zambrano, indica que la situación no puede ser peor. “En el hospital deberían operar 1.200 camas y solo son usadas 250 por fallas en el resto. Los dormitorios están deteriorados. De 12 quirófanos solo funciona uno. Muchos aparatos están dañados, no se hacen rayos X o tomografías, tampoco resonancias magnéticas. Eso no es nuevo, tiene años así. Lo denunciamos, lo mismo que las fallas en las plantas de energía, pero nadie atendió”, agrega.

Tras el suceso, el Gobierno ha destituido al director del hospital, José Fernando Alvarado, al subdirector, Pablo Castillo y otros gerentes. Además, ha creado una junta para esclarecer lo sucedido en el centro de salud. Alvarado y Castillo son polémicos por rechazar la donación de fármacos de la ONG Médicos sin Fronteras, el pasado noviembre. En diciembre, el exdirector dijo en una entrevista que obedecía instrucciones del Gobierno cuando repudió la donación y alabó el sistema de seguridad de la institución. “Tenemos casi 30 cámaras y un jefe de seguridad del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional)”, apuntó.

Hace unos días, los doctores celebraron una fiesta con una exuberante bailarina semidesnuda en una oficina del centro. “Esto pasó en la dirección del Hospital Universitario de Caracas, mientras pisos más abajo los pacientes se morían porque no hay dinero para medicinas ni repuestos de equipos”, denunció el diputado opositor en el exilio José Manuel Olivares.

El cirujano Jaime Lorenzo, director de la ONG Médicos Unidos de Venezuela, critica que el hospital careciera incluso de aparatos de respaldo en Terapia Intensiva. “Las plantas eléctricas debieron funcionar antes de los cinco segundos después del corte eléctrico. En Venezuela, todos los equipos médicos deben tener baterías de respaldo interno. Me refiero a equipos de monitoreo y quirófano, que deben ser independientes por dos horas”, afirma.

La Encuesta Nacional de Hospitales, un sondeo independiente realizado por la ONG Médicos por la Salud en los 40 principales hospitales de Venezuela, indica que entre el 15 de noviembre y el 15 de enero del 2019 hubo 158 fallas de energía eléctrica, un promedio de 1.04 cortes de casi 3 horas en cada hospital por día. Según este documento, 49 pacientes murieron en unos 24 cortes de energía. “Solo 55% de las plantas eléctricas funcionan en los hospitales monitoreados. Por cada tres fallas de energía que afectan a un hospital venezolano, al menos, fallece un paciente”, comenta el médico Julio Castro, responsable del informe.

Entretanto, Bello asegura que en el país existe una emergencia humanitaria compleja producto de la “inexistencia” de una política de “mantenimiento hospitalario” desde hace 19 años. El doctor opina que la centralización de los recursos en la Fundación de Edificaciones y Equipamiento Hospitalario, una dependencia del Ministerio de Salud creada en 2006, afecta a los centros de salud. “Se encargan de reparar y tramitar compras para poner operativos equipos, pero eso conlleva un viacrucis para cualquier hospital por las demoras y la burocracia”, agregó.



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