Yalitza Aparicio responde el teléfono a las siete de la mañana. Es el único horario disponible en la apretada agenda de la protagonista de Roma, quien fue nominada al Oscar a mejor actriz a pesar de que nunca antes se había parado frente a una cámara de cine. “Todo después de Venecia ha sido un cambio drástico en mi vida”, afirma la actriz desde un automóvil que la lleva a su primera sesión fotográfica ese día. Es el primer compromiso de 50 entrevistas que tiene pactadas en las 48 horas posteriores. “Solo estoy tratando de disfrutar esto”, agrega.
Las diez nominaciones al Oscar para la película han dado un nuevo impulso al fenómeno. “Me solté a llorar cuando escuché mi nombre. No podía creerlo”, recuerda Aparicio, quien siguió las nominaciones desde una computadora en un cuarto de hotel. Aquella noche, del martes 22 al miércoles 23 de enero, las reproducciones de la obra en blanco y negro de Alfonso Cuarón se dispararon un 280%, según datos de Netflix. La gente quería entender cómo una cinta en español se había convertido de la noche a la mañana, literalmente, en la primera en aspirar al Oscar a mejor película.
Netflix ha revelado recientemente, en un hecho poco común, cuánta gente ha visto la cinta en México. La empresa asegura que 3,6 millones de miembros de su plataforma, casi seis de cada 10 suscriptores que tiene en el país, la habían reproducido hasta hace dos semanas. Así fue como se convirtió en la película en español más vista en español durante 28 días. Fue la película original más vista en la plataforma solo por detrás de Birdbox, el thriller apocalíptico protagonizado por Sandra Bullock, que tuvo una audiencia de 4.8 millones de personas en México. De esta forma, el cineasta mexicano se supera a sí mismo en la última taquilla que hizo con una producción mexicana. En 2001, el director consiguió 3.5 millones de espectadores en los cines con Y tu mamá también, protagonizada por Diego Luna, GAel García Bernal y Maribel Verdú.
Esta marca representa un nuevo hito para una cinta que no tuvo salidas en las principales salas de cine del mundo. Roma, que tuvo un presupuesto de 15 millones de dólares de acuerdo con Variety, comenzó a exhibirse solo en 40 pantallas mexicanas. Las principales cadenas cinematográficas, Cinépolis y Cinemex, le cerraron las puertas a Cuarón argumentando que había elegido la ruta de la plataforma de streaming. Este debate, sumado al orgullo nacional que despertó la producción, la impulsó hasta las 140 pantallas, la mayoría en cineclubes y pequeños circuitos de cine de autor en todo el país. La obra que aspira hoy a diez estatuillas fue proyectada en 900 pantallas en todo el mundo.
Las nominaciones (Mejor película y mejor película extranjera, Dirección, Fotografía, Actriz, Actriz secundaria, Guion original, Diseño de producción, Edición de sonido y Mezcla de audio) también han ayudado a centrar el debate en la diversidad en Hollywood. “En la pantalla veía a otras personas que no eran como yo”, reflexiona Aparicio sobre los patrones que repite el cine internacional, y por supuesto, el mexicano. Su fortuito lanzamiento al estrellato después de haber acudido a un llamado de casting en su comunidad, Tlaxiaco, en el Estado de Oaxaca, fue una invitación a soñar. “Hay chicos y chicas que están estudiando actuación y que me escriben para decirme que les da mucho gusto lo que está sucediendo. Ahora están viendo rostros en el cine con los que ellos se identifican”, explica la actriz. “No importa el físico sino que haya ganas de hacer cine”, agrega.
Pero la fama también ha traído dolores de cabeza a la familia de Aparicio. “Ya no me molesten a Yalitza ni a su familia”, pidió el propio Cuarón el pasado 1 de febrero durante los premios de la comunidad de editores cinematográficos. Ese mismo día, la familia Aparicio publicó un comunicado para pedir a la prensa “respetar su privacidad durante este momento tan emocionante”.
El furor por los Aparicio es solo una de las muchas cosas que ha desencadenado la película de Cuarón. Roma ha avanzado con paso firme durante la temporada de premios desde que ganó el León de Oro en el Lido, en septiembre de 2018. Desde entonces, acumula cientos de reconocimientos y está a la espera de los Bafta, los premios de la academia británica, que se entregarán este domingo. Es una de las últimas escalas antes de que la producción aterrice en Los Ángeles para intentar escribir en letras doradas la historia de los Oscar.