Israel ha bombardeado un centenar de objetivos en Gaza durante la madrugada del viernes en represalia por el lanzamiento de dos cohetes desde el norte de la franja palestina. Los proyectiles cayeron en la noche del jueves en la región de Tel Aviv, en el centro de Israel y la más poblada del país. Un portavoz de las Fuerzas Armadas precisó que uno de ellos se precipitó sobre el mar y el otro sobre un descampado, sin causar daños. El Ejército activó de inmediato el escudo antimisiles Cúpula de Hierro, un sistema de radares e interceptores, para impedir que los cohetes impactaran sobre zonas pobladas. Israel acusó a Hamás del lanzamiento, pero los principales grupos armados palestinos de Gaza, Hamás y Yihad Islámica, negaron toda responsabilidad.
Las Fuerzas Armadas aseguraron en un comunicado que un centenar de “objetivos terroristas” de Hamás habían sido atacados, entre ellos la sede del cuartel general de la organización islamista para el territorio palestino de Cisjordania, situado en Rimal, en el centro de la franja de Gaza. Cazas y helicópteros israelíes bombardearon también instalaciones subterráneas para la construcción de cohetes, una fábrica de armas junto a la costa y un centro de control de drones en el sur del territorio costero, entre otros puestos militares
Las autoridades sanitarias de Gaza informaron de que dos personas resultaron heridas a consecuencia de un ataque cercano a su casa de Rafah, en la frontera egipcia. Las alarmas por el lanzamiento de proyectiles sonaron de madrugada en varias localidades israelíes próximas a la frontera de Gaza. El Ejército aseguró que varios cohetes fueron interceptados por el sistema defensivo Cúpula de Hierro sin que llegaran a producir daños-
Las alarmas antiaéreas sonaron de nuevo en la capital económica de Israel por primera vez desde el pasado mes de octubre, cuando otro cohete lanzado desde Gaza, 70 kilómetros al sur, cayó en el mar cerca de la ciudad. Dese la última guerra de Gaza, en el verano de 2014, no se había registrado una amenaza tan grave en Tel Aviv. Residentes del área metropolitana, donde se concentra cerca de la mitad de los nueve millones de habitantes de Israel, aseguraron al diario Haaretz que habían escuchado explosiones supuestamente causadas por los cohetes interceptores del sistema Cúpula de Hierro. El alcalde de Tel Aviv, el laborista Ron Huldai, ordenó la apertura de los refugios antiaéreos, aunque la unidad de defensa territorial del Ejército no dio instrucciones específicas a la población sobre medidas excepcionales de seguridad en el inicio del fin de semana en Oriente Próximo.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, que acumula la cartera de Defensa, mantuvo una reunión de emergencia en la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv con altos mandos militares y de seguridad. La prensa israelí, que citaba fuentes en Gaza, aseguró que los principales líderes palestinos se habían puesto a salvo ante un eventual ataque de represalia israelí. Representantes de Naciones Unidas y de Egipto se han mantenido en contacto con Hamás e Israel “para evitar que la situación escape a su control”, según el diario Haaretz.
El incidente se produce cuando quedan tres semanas para las elecciones legislativas en Israel después de varios episodios de tensiones en el enclave palestino. El pasado sábado, la aviación israelí bombardeó posiciones de Hamás, el movimiento islamista que gobierna de hecho en Gaza desde 2007, tras el lanzamiento de un proyectil hacia territorio israelí. Hamás libró tres guerras con Israel entre 2008 y 2014 que han devastado el territorio. Los enviados del Gobierno de Egipto que se encontraban mediando entre ambas partes, recibieron la orden de abandonar Gaza en la medianoche del jueves.
Precisamente el jueves las fuerzas de seguridad de Hamás habían disuelto una manifestación en el norte de Gaza contra la penuria de las condiciones de vida en el territorio palestino, según informó France Presse. Las protestas sociales no son habituales en el enclave, controlado con mano de hierro por el movimiento islamista, a pesar de que el desempleo afecta a la mitad de la población laboral y dos de cada tres gazatíes dependen de la ayuda exterior para subsistir. La última marcha registrada, en contra de los permanentes cortes de suministro eléctrico, fue reprimida también con dureza en enero de 2017.