Los responsables del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) no podían imaginarse que el presidente de la nación tenía previsto reventar con un anuncio sorpresa en las redes sociales un plan diseñado durante largo tiempo de deportación de millones de inmigrantes que se encuentran de forma ilegal en Estados Unidos. No podían anticiparlo, entre otras razones, porque las autoridades a cargo de la frontera suelen mantener sus intenciones en secreto hasta el último momento para evitar poner sobre aviso a los objetivos de las redadas.
Y sin embargo, Donald Trump tuiteaba el lunes por la noche que “la próxima semana, ICE comenzará el proceso de deportar a millones de extranjeros ilegales que encontraron de manera ilícita su camino hacia Estados Unidos”. “Serán deportados tan pronto como entren”, recalcaba en su cuenta en Twitter. Afortunadamente para ICE, el presidente no dio más detalles sobre la masiva redada ni los inmigrantes que se verían afectados por el proceso. Trump aprovechó para aplaudir el trabajo realizado por su vecino mexicano “al detener a las personas mucho antes de llegar a nuestra frontera sur” y aprovechó la oportunidad para anunciar que Washington firmará pronto un acuerdo con Guatemala, al que considera “un tercer país seguro”. Con este pacto, EE UU podría enviar a solicitantes de asilo de otros países a Guatemala, algo que también se había planteado con México y que, hasta la fecha, este país ha rechazado.
El pasado mes de abril, el director en funciones de ICE, Ronald Vitiello, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, fueron destituidos de sus cargos tras plantear dudas para poner en marcha el plan que expulsaría y detendría a miles de inmigrantes, lo que además supondría la separación de familiares y menores. Ambos miembros de la Administración expresaron sus reparos sobre la efectividad del programa, la preparación de los agentes de fronteras para llevarlo a cabo y el riesgo de crear indignación en la opinión pública al ofrecerse imágenes de niños en custodia policial y sin sus progenitores.
En su retahíla sobre la inmigración en Twitter, Trump acusa a los demócratas de ser los únicos que no hacen nada en esta crisis. “¡Deben votar ya para deshacerse del vacío legal y arreglar el asilo! Si es así, ¡la crisis fronteriza se termina rápidamente!”, escribió con su habitual estilo fanfarrón. Los demócratas son “los únicos que no harán nada”, recalcó el republicano.
La Casa Blanca anunció el lunes su intención de desviar de forma permanente a otras partidas un total de 550 millones de dólares que estaban destinados a ayudas para países centroamericanos. Se estima que en Estados Unidos hay un total de 12 millones de indocumentados, que llegan principalmente de México y Centroamérica. Cientos de miles de inmigrantes han llegado en los últimos meses a Estados Unidos en un flujo sin precedentes en la última década y que, según cálculos del Gobierno de Trump, alcanzará el millón de personas este año fiscal. Estados Unidos detuvo en mayo en su frontera sur a más de 132.000 migrantes, un 30% más que en abril y la mayor cifra registrada en un solo mes desde 2006.