Estados Unidos e Irán se han enzarzado en un cruce de acusaciones tras el derribo de un dron de la Armada de Estados Unidos por parte de la Guardia Revolucionaria iraní, una acción que el país asiático atribuye a una violación de su espacio aéreo, acusación que fue rechazada este jueves por Washington. El Gobierno de Irán fue el primero en informar del incidente cuando, mediante un comunicado, anunciaron hace escasas horas el derribo de la aeronave no tripulada, un MQ-4 Triton, cuando realizaba tareas de vigilancia.
Según la fuerza de élite iraní, el dron fue abatido con un misil tierra-aire cuando entró en su espacio aéreo en las primeras horas de este jueves, y voló sobre la región de Koohe Mobarak, en la provincia meridional de Hormozgan. El comandante en jefe de los Guardianes, Hosein Salamí, subrayó en declaraciones a la agencia Tasnim que el derribo del aparato supone “un mensaje decisivo y claro” para que EE.UU. respete “la integridad territorial, la seguridad nacional y los intereses vitales de Irán”.
“Los defensores de las fronteras del Irán islámico mostrarán reacciones decisivas y directas a la agresión contra este territorio por parte de cualquier extranjero”, advirtió el comandante. Sin embargo, el Pentágono ha rechazado estas acusaciones y ha asegurado que se trató de un “acto no provocado” cuando su aeronave se encontraba realizando tareas de reconocimiento sobre aguas internacionales.
“Los informes que apuntan que la aeronave se encontraba sobre Irán son falsos”, afirmó en un comunicado el capitán Bill Urban, portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU. (CentCom), responsable de las operaciones en Oriente Medio. El capitán agregó que se trató de un “ataque sin mediar provocación contra un elemento de vigilancia que se encontraba en el espacio aéreo internacional”. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha indicado que el presidente Donald Trump fue informado del derribo y que el Ejecutivo “está siguiendo la situación de cerca”.