Los talibanes reivindicaron los atentados perpetrados este martes en un área próxima a un edificio del Ministerio de Defensa y la embajada de EE.UU. en Kabul y otro junto a un mitin del presidente afano en el norte de Afganistán, que ha causado al menos 24 muertos. El portavoz de la formación insurgente, Zabihullah Mujahid, reivindicó la autoría de ambos atentados en un comunicado.
El ataque contra el mitin del presidente afgano, Ashraf Ghani, en la provincia norteña de Parwan, causó según los insurgentes «28 miembros de las fuerzas de seguridad muertos, incluyendo guardias del palacio presidencial y de las fuerzas especiales», mientras fuentes hospitalarias y oficiales dijeron a Efe que la cifra de muertos es 24, incluyendo mujeres y niños, y otras 32 personas resultaron heridas.
La formación insurgente justificó el atentado en las proximidades del mitin de Ghani porque las elecciones presidenciales previstas para el próximo 28 de septiembre son «falsas» y recordó que ya habían «advertido a la gente que no acuda a esos actos electorales» al considerarlos objetivos militares.
El acto electoral continuó a pesar de la gravedad del atentado, en el que ni el presidente afgano, ni los oficiales que le acompañaban resultaron heridos. Poco después se produjo un segundo atentado en Kabul dirigido contra una oficina del Ministerio de Defensa, según Mujahid, que «causó la muerte de decenas de soldados y oficiales del Ministerio».
Por el momento no hay confirmación oficial del número de muertos o heridos en ese ataque, que se produjo a unos 300 metros también de la embajada estadounidense.
El pasado agosto los talibanes amenazaron con boicotear con violencia todo el proceso electoral, con el fin de impedir su celebración al considerar que están manipuladas por las potencias extranjeras.
Representantes de los talibanes y Estados Unidos mantuvieron durante el último año nueve rondas de negociaciones en Doha para tratar de buscar un camino a la paz tras 18 años de guerra, unas conversaciones que fueron suspendidas este mes por el presidente estadounidense, Donald Trump, tras un atentado insurgente en Kabul.