Boris Johnson ya ha regresado al Reino Unido y se muestra dispuesto a que le “devoren el hígado”. El golpe propinado al primer ministro británico por el Tribunal Supremo, que declaró ilegal este martes la suspensión del Parlamento, ha obligado a Downing Street a alterar la agenda gubernamental y a acelerar el regreso de Johnson desde Nueva York, donde participaba en la Asamblea General de Naciones Unidas. “Prometeo fue encadenado por orden de Zeus en lo alto de una montaña. Cada noche, un águila devoraba su hígado. Cuando volvía a crecer, se repetía el sufrimiento. Algo así como el Brexit”, bromeó el político británico en su intervención en la ONU.
El Parlamento ha vuelto a reunirse a media mañana de este miércoles. El speaker (presidente) de la Cámara de los Comunes, John Bercow, ya había anticipado su voluntad de dar luz verde a todos los debates de emergencia propuestos por la oposición. Será el modo reglamentario de reanudar la actividad, pero toda la atención está puesta en la intervención de Johnson, anunciada en torno a las 15.30 (hora peninsular española).
El Gobierno se prepara para lo que va a ser un día intenso, y muchos de los ministros han salido ya a los medios a intentar restar trascendencia a la humillación que ha supuesto el fallo del Supremo. “Se trata simplemente de la interpretación de principios constitucionales. El primer ministro ya ha dejado claro que no está de acuerdo con la decisión, pero que respeta al poder judicial”, ha dicho Michael Gove, el ministro jefe de Gabinete, a la cadena de radio LBC. “Boris Johnson mantiene su optimismo. Es un ganador nato. Yo diría que se trata del Pep Guardiola de la política británica”, ha ironizado Gove, en referencia al entrenador actual del club de fútbol Manchester City.
La oposición, sin embargo, no parece estar para bromas. “Creo que debe disculparse ante la reina, por el consejo que le dio [para suspender el Parlamento], pero, mucho más importante, debe disculparse ante la ciudadanía británica por haber intentando echar el cierre a nuestra democracia en un momento crucial, cuando la gente está muy preocupada por lo que vaya a ocurrir el 31 de octubre [la fecha fijada oficialmente para el Brexit]”, ha dicho el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, en la BBC.
Corbyn había exigido a Johnson su dimisión inmediata 24 horas antes, en su discurso de clausura del congreso laborista celebrado en la localidad de Brighton. Pero el político de izquierdas se resiste a escuchar los cantos de sirena que le empujan a presentar ya una moción de censura. Los grupos de la oposición, liderados por los laboristas, prefieren seguir atando en corto al primer ministro hasta asegurarse de que no pueda seguir adelante con la idea de una salida a las bravas de la UE. El Parlamento aprobó una resolución que obliga a Johnson a solicitar a Bruselas una nueva prórroga si es incapaz de cerrar un nuevo acuerdo. Solo entonces, aseguran, estarían dispuestos a hablar de un adelanto electoral que todos desean, pero no en este momento.
En el equipo de Johnson circula en las últimas horas la idea de que el primer ministro volverá a intentar sacar adelante su propuesta, dos veces derrotada, de convocar ya a las urnas a los ciudadanos. Bajo la ley del Mandato Parlamentario Fijo, el Gobierno no puede convocar por sí solo elecciones. Necesita el respaldo de dos tercios de los diputados. Es decir, necesita el consentimiento de la oposición, que parece más dispuesta en estos momentos a dejar que Johnson se cueza en su propia salsa antes que darle esa salida.