Pese a que entre enero y septiembre de este año las exportaciones del país alcanzaron US$29.902 millones, se registró una caída de 4,7%, según el último reporte del Dane. Este comportamiento está explicado principalmente por la disminución de las ventas de carbón.
Así, comparando los primeros nueve meses del año con igual periodo de 2018, se concluye que la disminución en la facturación del segmento de hulla, coque y briquetas alcanzó 18,9%, con un monto total de US$4.495 millones, mientras que el año pasado la cifra fue de US$5.543 millones.
Este panorama sería un reflejo local de la situación que atraviesa esta industria a nivel global pues, de hecho, en lo corrido del año el precio del carbón ha bajado 42%.
Así, según Javier Díaz, presidente de Analdex, “es indudable que la crisis que ha desatado la guerra comercial también ha impactado a este sector. China, que es un comprador de carbón importante, ha disminuido sus demandas y eso lo estamos sintiendo nosotros. Además, en buena parte de los países desarrollados se están propiciando políticas ambientales de cara a disminuir el consumo de carbón al futuro, lo que también genera menor demanda”.
En ese orden de ideas, la industria carbonífera está atravesando por una etapa complicada, que según las cifras del Dane se ha mantenido en la senda negativa. En enero, por ejemplo, la caída en las ventas externas del mineral fue de 31,9% y, para mayo, la disminución de esos cinco meses en conjunto, llegó a 12,4%.
Frente a esto, Silvana Habib Daza, presidenta de la Agencia Nacional de Minería, señaló que “la industria del carbón enfrenta grandes retos como son el precio, el factor climático sobre todo en la costa norte donde están los grandes proyectos, y algunas restricciones por fallos judiciales”.
Y agregó que durante todo el año se han adelantado mesas de trabajo con las empresas y gremios carboneros, para conocer de primera mano cuál es la situación de cada proyecto y el impacto de la coyuntura de precios.
Sin embargo, la caída en las exportaciones no tiene un efecto exclusivo en las firmas extractivas, sino que llega a otros sectores, como por ejemplo el del transporte de carga. De acuerdo con Colfecar, entre enero y septiembre se dejaron de movilizar casi 10 millones de toneladas métricas de carbón en el país, en comparación con el mismo lapso del año pasado.
Así, “las implicaciones se derivan en una disminución de los pagos realizados por esta actividad. Y, si comparamos los precios del mineral en septiembre de 2018 y 2019, se puede observar una disminución, por lo que el transporte generaba mejores réditos. Esto podría representar un mayor nivel de depredación de los fletes en comparación”, aseguró Juan Miguel Durán Prieto, presidente ejecutivo del gremio transportador.
En conjunto, el grupo de combustibles y productos de la industria extractiva, del que hace parte el carbón, facturó US$16.949 millones, con una disminución de 8,2% frente a ese lapso del 2018.
El petróleo también tuvo una contribución negativa, al haber disminuido 3,1% sus ventas externas.
En cuanto a las manufacturas, las exportaciones fueron de US$6.166 millones y registraron una disminución de 1,4%. Por su parte, los productos agropecuarios, alimentos y bebidas, facturaron US$5.532 millones, con una caída también de 1,4%. En este caso, el comportamiento estuvo explicado por menores ventas de aceite de palma y sus fracciones (-21%) que restaron 1,4 puntos porcentuales a la variación del grupo.
De ese modo, la categoría ‘otros sectores’ fue la única que tuvo cifras positivas de exportaciones durante los primeros nueve meses del año, con un crecimiento de 18,3%.
Dentro de este conjunto se destacó la venta de oro no monetario, que facturó US$1.224 millones, estando 19,7% por encima de lo logrado en ese lapso de 2018. El año pasado la cifra fue de US$1.023 millones.