El ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, confirmó en la tarde de este miércoles – en plenaria del Congreso – que Colombia cumplió la meta fijada para este año de erradicación forzada, 80.000 hectáreas.
“El esfuerzo del gobierno del Presidente Iván Duque sigue produciendo resultados. La meta de erradicación de cultivos ilícitos que se tenía para 2019 se alcanzó y se superó.(…)Llegamos a las 81.000 hectáreas”, afirmó Trujillo.
EL TIEMPO público hace una semana que si se mantiene el promedio de erradicación diaria, que es de 243 hectáreas, se cumpliría la meta en la primera semana de diciembre.
Entre el primero de enero y el 22 de noviembre, la Fuerza Pública, bajo la modalidad de erradicación forzada, había arrancado 79.055 hectáreas (lo que equivale al 98,81 por ciento).
La cifra contrasta con la resiembra, que, de acuerdo con las autoridades antinarcóticos, está entre un 35 y 40 por ciento.
Según el sistema de monitoreo Simci, de Naciones Unidas, en 2018, en Colombia se detectaron 169.000 hectáreas sembradas con narcocultivos, lo que evidenció que tras cinco años con tendencia al alza, los cultivos de coca se estabilizaron, lográndose una reducción de 2.000 hectáreas con respecto al 2017.
Y aunque Norte de Santander y su región del Catatumbo tienen altos índices de narcocultivos, allí se entró con sustitución voluntaria, y la erradicación forzada se ha desarrollado de manera coordinada con los campesinos para evitar enfrentamientos
Este año en medio de las tareas de erradicación forzada han muerto 8 uniformados (siete militares y un Policía), además de un civil del Grupo de Apoyo Móvil de Erradicación.
A la fecha, son 45 los heridos –la gran mayoría con amputaciones–, entre integrantes de la Fuerza Pública y civiles, a consecuencia de la activación accidental de minas antipersonales o campos con explosivos.
Precisamente, la pérdida de vidas es uno de los argumentos del gobierno Duque para insistir en la necesidad de la aspersión aérea, actividad suspendida desde el 2015.
Según fuentes consultadas por este diario, los ministerios de Defensa, Justicia, Salud y Ambiente siguen trabajando en cumplir con los puntos exigidos por la Corte para que regrese la aspersión.
Antes de finalizar el año se espera presentar ante el Consejo Nacional de Estupefacientes un primer informe sobre los avances en la materia, y el hecho de que no hay un herbicida hasta ahora, aprobado, que reemplace el glifosato.
Fuentes oficiales señalaron que hay dos frentes que podrían entrar a operar en este tema: el inhibidor de producción de cocaína en las hojas de coca, que estudia una reconocida Universidad, y la utilización de drones para realizar una aspersión de precisión, como los que se le presentaron a la Gobernación de Antioquia este mes, que cuadruplican la eficiencia de la actividad, en comparación con los que presentó la Policía Antinarcóticos, que fracasaron.
El Ejército y la embajada de Estados Unidos estudian además la utilización de un equipo tipo oruga que elimina, en promedio, 2,7 hectáreas de cultivos ilegales en seis horas.