La Casa Blanca no participará en las audiencias del impeachment previstas para este lunes en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. Así lo ha dado a entender en una carta dirigida al presidente del Comité, Jerrold Nadler, el consejero del Gobierno de EE UU Pat Cipollone, que califica el proceso de “completamente infundado”.
La carta se ha recibido al borde de que expirara el plazo, las cinco de la tarde (hora local), que tenía la Casa Blanca para responder si aceptaba o no la invitación a participar en las sesiones, previas a la votación de los artículos del impeachment por parte de la Cámara de Representantes. La misiva no establece explícitamente que la Casa Blanca no participará en las audiencias, pero no indica que lo hará y se limita a criticar el proceso.”Los demócratas de la Cámara de Representantes han gastado ya demasiado tiempo con esta charada”, escribe Cipollone. “Deberían ustedes detener esta investigación ahora y no gastar aún más dinero y tiempo audiencias adicionales”.
Los demócratas, por su parte, siguen decididos a realizar el proceso de destitución del presidente Donald Trump antes del final de este mes, para que pueda procederse al juicio en el Senado sobre su destitución. El lunes, el Comité Judicial, encargado de la redacción de los artículos del impeachment, escuchará a los abogados del Comité de Inteligencia, que llevó a cabo los interrogatorios a testigos en la fase anterior del proceso, y redactó el informe de 300 páginas en el que los demócratas sostienen que el presidente incurrió en abuso del poder y obstrucción a la investigación.
La Casa Blanca ha rechazado hasta la fecha colaborar con la investigación, negándose a entregar documentos y solicitando a su personal que no cumpliera con las citaciones. Y confían en que el Senado, de mayoría republicana, exonere al presidente, acusado por los demócratas de presionar al Gobierno de Ucrania, con un paquete de ayuda militar y una visita a la Casa Blanca, para que iniciara unas investigaciones a los demócratas en beneficio de los intereses políticos personales de Trump.