La intersindical de los transportes públicos y varios sindicatos de estudiantes han convocado una nueva jornada de huelgas y protestas el próximo martes día 10, veinticuatro horas antes que el jefe de Gobierno de Emmanuel Macron presente oficialmente su proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones, cuyos detalles concretos se desconocen, hasta ahora.
Se trata de una «novedad» relativa: los sindicatos comenzaron a organizar jornadas de huelga y manifestaciones el pasado mes de septiembre, relanzaron la contestación el pasado jueves día 6, prolongaran los transtornos del sistema nacional de ferrocarriles y todos los transportes públicos durante el fin de semana, para convocar una nueva jornada de protestas, antes siquiera de conocer el contenido definitivo de un proyecto que rechazan «en bloque».
Ante esa protesta global contra sus proyectos de reforma, Macron mueve sus peones con la más extrema prudencia. El próximo lunes, el alto comisario para la reforma, Jean-Paul Delevoye (que tuvo una misión semejante entre 2002 y 2004 como ministro de Jacques Chirac), mantendrá una reunión de trabajo con los representantes de los sindicatos para «sacar las conclusiones» de un proceso de concertación que se prolonga desde hace dos años. Édouard Philippe, primer ministro, «tendrá en cuenta» tales «conclusiones» cuando presente el proyecto de reforma concreto, al fin, el miércoles.
Los sindicatos esperan dar un nuevo «aldabonazo» el martes día 10 para seguir presionando, a la espera de una «retirada completa» del proyecto, o una «bajada de pantalones» significativa.
Tras la jornada del jueves, ferrocarriles, transportes públicos y escuelas, seguirán sufriendo trastornos importantes todo este fin de semana. Según la SNCF (equivalente a la Renfe española), ayer se anularon el 90% de los trenes de alta velocidad y el 70% de los TER (trenes y autocares). En París habrá durante el fin de semana muchas líneas de metro cerradas y el tráfico de autobuses estará muy perturbado.
La reforma del sistema nacional de pensiones es el gran proyecto político presidencial: sustituir los 42 sistemas nacionales de pensiones, muy distintos, por un sistema único, con un calendario que debiera prolongarse durante los próximos cinco, diez, quince años. Está prevista la posibilidad de negociar muchos puntos concretos del proyecto en los próximos meses, antes de redactarse un proyecto de ley por ahora inexistente.
Los sindicatos esperan a humillar a Macron, «obligándolo» a «olvidar» su proyecto. El jefe del Estado se juega su presidencia y buena parte de su futuro político en esta prueba de fuerza. Macron se dice «sereno y determinado», confiando realizar su reforma «sin brutalidad, con serenidad». Veremos.