Con 100 votos, el opositor venezolano, Juan Guaidó, quedó reelecto para continuar al frente de la Asamblea Nacional por segundo año consecutivo. En una sesión especial realizada fuera de la sede legislativa, el líder del Parlamento instaló una nueva Junta Directiva para el año de sesiones 2020-2021 en la que Juan Pablo Guanipa ocupará desde ahora la primera vicepresidencia, y Carlos Berrizbeitia quedará como segundo vicepresidente. El secretario será Angelo Palmieri. La ratificación de Guaido solo sería posible con un mínimo de 84 votos, que le da la facultad constitucional de continuar con la presidencia interina.
El acto, realizado en la sede del diario El Nacional, se llevó a cabo para desconocer rotundamente la junta instalada la mañana de este domingo por parte de los diputados chavistas en una sesión convulsa y sin precedentes, en la que Luis Parra quedó elegido por la bancada chavista para ocupar la presidencia. Parra desertó de las filas de la oposición venezolana en diciembre al quedar en descubierto su participación en un plan que buscaba traicionar a Guaidó con la compra multimillonaria de votos y otorgar indulgencias a empresarios vinculados con el régimen en la gigantesca red de corrupción del sistema de alimentación CLAP.
Guaidó calificó el incidente de este 5 de enero como un «show bochornoso» y aseguró que la «dictadura de Maduro cometió una torpeza política, porque un pequeño grupo quiso vender la tesis de tomar el control de la Asamblea sin reglamento, sin Constitución, militarizando el Palacio Fenderal Legislativo, sin votación y sin quórum», dijo el ratificado presidente del Parlamento. En ese sentido, dijo que el próximo martes sesionarán contra todo pronóstico.
«Agradezco la honra que me confieren», dijo Guaidó minutos antes de ser reelegido por unanimidad e iniciar de esa manera un segundo mandato como gobierno interino. «Juro ante Dios y ante el pueblo de Venezuela hacer cumplir esta Constitución y los deberes inherentes al cargo de presidente del Parlamento y presidente encargado de Venezuela, para hacer valer los derechos de nuestros hermanos venezolanos», dijo luego de hacerse oficial su ratificación en el cargo.
Guaidó no logró atravesar el piquete de la Guardia Nacional (GNB) que lo retuvo durante más de dos horas, impidiéndole la entrada a uno de los puntos de accesos que conecta con la sede del Parlamento venezolano, en Caracas. Hoy se debía instalar la nueva Junta Directiva a la que Guaidó se había postulado para la reelección, y así continuar como jefe del Parlamento, y como Presidente interino, por segundo año consecutivo. Junto al líder opositor, un grupo de diputados también estuvieron esperando la autorización para entrar, mientras los funcionarios permitían el acceso a otros pocos legisladores, reunidos en pequeños grupos.
Junta directiva chavista
La Junta Directiva instalada por el chavismo estará conformada por los diputadaos opositores que fueron comprados por el régimen de Nicolás Maduro por un millón de dólares: Luis Parra en la presidencia; Franklin Duarte como primer vicepresidente y José Gregorio Noriega (recién expulsado del partido de Guaidó por aceptar los sobornos) en la segunda presidencia.
Desde muy temprano, funcionarios de la GNB formaron un cordón, entre tantos otros, a dos manzanas de la Asamblea Nacional, y prohibieron a Guaidó la entrada. Ante el impedimento, el presidente interino sentenció que «realizaría la sesión en cualquier lugar, así sea aquí en la calle». Las sesiones especiales para instalar una Junta Directiva deben realizarse todos los 5 de enero de cada año y ha sido respetado por la oposición desde que en el año 2016 asumió el control del Parlamento, tras arrasar en las elecciones de diciembre 2015 y dejar al chavismo sin poder legislativo alguno. Pero este año parece ser diferente, y por órdenes del régimen chavista.
Parra fue señalado en un trabajo periodístico del portal Armando.info por otorgar indulgencias a Alex Saab y a otros empresarios que han sido sancionados por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Las cartas que entregó el diputado en cuestión habrían lavado la reputación de los empresarios y habría solicitado a organismos internacionales retirar las sanciones. También se le acusa de orquestar la “Operación Alacrán Rojo” para sobornar a otros legisladores con un millón de dólares para que votaran contra Guaidó.