A las cuatro en punto de la mañana del viernes se escuchó el ‘toque de Diana’ en las instalaciones de la escuela de oficiales de la Policía General Santander ubicada en el sur de Bogotá. Los 639 estudiantes, entre alféreces y cadetes, se levantaron de inmediato al escuchar la trompeta.
Pero esa madrugada no fue el inicio de un día más, fue el día en el que les rindieron homenaje a 22 de sus compañeros, los mismos que integraban la Guardia de Honor de la Escuela, y que hace un año murieron en medio de uno de los peores ataques terroristas de la historia reciente del país.
A las seis de la mañana, la banda de ceremonia de la Escuela dio inició a las actividades previstas con el llamado toque de heraldos, al tiempo la bandera de Colombia se izó a media asta y se abrió la puerta principal.
Una a una fueron expuestas frente a la Escuela las fotos de los 22 jóvenes que el 17 de enero de 2019 murieron en el atentado perpetrado por el Eln. Al tiempo se escucharon los acordes del himno nacional interpretado por la banda sinfónica de la Escuela.
Terminado el primer acto, la banda de guerra ingresó por la misma puerta, alterna a la principal, por donde entró José Aldemar Rojas, alias el Mocho, ese trágico 17 de enero, en una camioneta a la que se le acondicionaron 80 kilos de pentolita.
Antes de las ocho de la mañana llegó a la General Santander el presidente Iván Duque en compañía de su esposa, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, el ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y altas personalidades del país.
Ellos asistieron a la solemne misa de aniversario que presidió monseñor Fabio Suescún, obispo castrense, y que contó además con la presencia de unos 50 familiares de los uniformados fallecidos.
En la eucaristía se mencionó a cada uno de los cadetes que murieron en el ataque y se destacó su valor, el vacío que dejaron en sus familias y el ejemplo a los nuevos cadetes que hoy están haciendo curso para oficial.
Finalizada la misa, el presidente Duque y los invitados se trasladaron a la Plaza General Santander, la principal de la Escuela, allí estaba todo listo para que el Presidente hiciera una ofrenda floral y se cumpliera un minuto de silencio por los uniformados muertos.
Apoyo a las familias
“Ha pasado un año y hoy seguimos con el corazón arrugado por aquel hecho execrable; hoy nos unimos a sus familias con abrazo fraterno, con reconocimiento, con admiración”, aseguró el presidente Iván Duque al dirigirse a los estudiantes y a las familias de las víctimas que se encontraban en el lugar.
Duque señaló que esperaba que la ofrenda floral que se hizo en memoria de los subtenientes sea tomada como el símbolo de una nación a la que le duele lo que les pasa a sus ciudadanos, “que le duele lo que les pasa a sus héroes; pero que hoy está más erguida que nunca para construir la paz con legalidad”.
Un momento especial fue cuando el presidente Duque se refirió a los padres y familias de los uniformados que fallecieron al afirmar que se merecían un gran homenaje y reconocimiento por ser “familias buenas, familias honorables, familias gallardas que se levantan cada día sintiendo la falta de un ser querido, pero dando lo mejor por Colombia”.
Sobre el Eln, que terminó por aceptar su responsabilidad en el atroz ataque, Duque calificó a esa organización como “criminales” y afirmó que manejan “un discurso hipócrita donde invocan la paz pero permanentemente atentan contra los ciudadanos, muchos de ellos indefensos”.
De igual forma, dijo que la conmemoración de la muerte de los subtenientes sirve para ratificar que el mandato de los ciudadanos que quieren la paz no se puede construir con quienes “están en el terrorismo porque ellos (Eln) pretenden intimidar con el terror y la violencia a la comunidad”.
El Presidente afirmó que en 17 meses de acercamientos entre el Eln y el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos esa guerrilla perpetró 400 actos terroristas, asesinó a más de 100 personas y realizó 10 secuestros.
Reiteró que por eso, para generar confianza, el Eln debe liberar a todos los secuestrados y finalizar con todos los actos terroristas.
“Colombia quiere construir una paz en firme y sólida, pero esa paz empieza porque crímenes como los que se cometieron en esta Escuela, hace un año, jamás queden en la impunidad”, puntualizó.