Europa dice no a Trump. El plan de paz del presidente de EE UU no encaja con los parámetros aceptados internacionalmente para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina, según ha asegurado este martes el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, en un comunicado. La UE expresa, además, su preocupación por las intenciones de Israel de proseguir con las anexiones de territorio en el valle del Jordán y en la franja oeste. Y advierte que de consumarse esos movimientos, “no pasarán sin ser desafiados”. Los términos del comunicado ya han empezado a levantar ampollas en Israel donde se consideraba que la llegada de Borrell a la jefatura de la diplomacia mejoraría la relación con Bruselas, que fueron tensas durante el mandato de Federica Mogherini, la predecesora del español.
El contundente texto de la diplomacia comunitaria ha llegado una semana después de que Trump anunciase su iniciativa y de que el propio Borrell la calificase como “una ocasión para relanzar los urgentes esfuerzos que se necesitan para una solución negociada y viable al conflicto israelí-palestino”.
El jefe de la diplomacia comunitaria advirtió ya entonces que la UE “estudiaría la propuesta” y que la valoraría con base en la bien conocida posición europea, partidaria de una solución basada en la convivencia de dos Estados.
La evaluación comunitaria se ha saldado con un tajante rechazo al plan de Trump, por considerar que se aleja de las condiciones previstas hasta ahora y fijadas en unas conclusiones del Consejo de la UE en julio de 2014. Esas condiciones señalaban el compromiso de la UE con una solución de dos Estados tomando las fronteras de 1967 como referencia y con los intercambios equivalentes de territorio que sean necesarios para lograrlo.
El objetivo, según ese plan, sería la convivencia dos Estados independientes, democráticos y que se reconociesen mutuamente. Unos parámetros que, según Bruselas, saltarían por los aires con el plan de Trump, que ha sido calificado por muchos observadores como claramente sesgado a favor de Israel.
De hecho, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dio por rotas las relaciones con Israel tras la iniciativa de Trump. La Liga Árabe también ha rechazado lo que el presidente de EE UU ha calificado como “el acuerdo del siglo”. El plan, en cambio, ha recibido el apoyo de aliados de Washington en la zona como Arabia Saudí o Egipto, que han pedido a los palestinos que “estudien cuidadosamente” la propuesta estadounidense.
El plan de la Casa Blanca declara a Jerusalén como capital exclusiva de Israel y permitiría la anexión de asentamientos judíos y del valle del Jordán, con una permuta de territorios. Según la Autoridad Palestina, ese reparto les dejaría con la mitad del territorio de lo previsto en 1967, que ya era un 22% de su espacio histórico. Ahora se quedaría en el 11%.
La UE aboga, según el comunicado de Borrell, por resolver el estatus de Jerusalén y de las fronteras a través de una negociación entre Israel y Palestina, negociación que debería incluir también la cuestión de los refugiados. Mientras llega ese posible pacto, la UE pide a ambas partes que se abstengan de medidas unilaterales en contra del derecho internacional que puedan exacerbar la tensión.
El Alto Representante se muestra “especialmente preocupado por las declaraciones sobre la perspectiva de anexiones en el valle del Jordán y otras partes de la Franja Oeste”. Borrell ha advertido a Israel que “si los pasos hacia esa anexión se adoptan, no podrían pasar sin ser desafiados”.