Novena jornada de protesta «nacional» contra la reforma del sistema nacional de pensiones, cuyo proyecto de Ley, aprobado en Consejo de ministros, debe discutirse y enmendarse durante toda la primavera en la Asamblea Nacional (AN) y el Senado.
Emmanuel Macron quizá esté ganando a los sindicatos del sector público la inconclusa batalla de la abolición de los 42 sistemas de pensiones, sustituidos por un sistema «único y universal». Sin embargo, una parte de los sindicatos y numeras profesiones siguen protestando de manera «minoritaria», quizá, pero insistente.
Durante la primera jornada de protesta nacional, cuando comenzó la crisis, el 5 de diciembre pasado, 806.000 manifestantes desfilaron en París y toda Francia (67 millones de habitantes), pidiendo la retirada «completa» del proyecto.
Dos meses más tarde, el 29 de enero pasado, la octava jornada de protesta solo reunió a 108.000 manifestantes en París y toda Francia. Cifra evidentemente irrisoria, pero altamente simbólica.
Durante la novena jornada de protesta, este jueves, nadie espera una movilización «masiva». Pero decenas de miles de sindicalistas del sector público seguirán manifestándose en París y toda Francia.
Entre el 15 de diciembre y el 15 de enero pasados, las huelgas perturbaron gravemente el sistema nacional de ferrocarriles y el funcionamiento del metro y los autobuses en París y todas las capitales de Provincias. Durante la segunda quincena de enero, varios sindicatos abandonaron las protestas, para comenzar a negociar algunas «matizaciones» del proyecto de reforma.
Mientras se prolonga la negociación entre el gobierno, la patronal y algunos sindicatos, las protestas y huelgas quizá sean minoritarias, pero siguen causando trastornos de diversa naturaleza. En París, por ejemplo, la huelga de algunos sindicatos complica la recogida de basuras, provocando tensiones sensibles en varios barrios céntricos.
FUENTE: ABC