Una revelación que sorprendió no por su ausencia en sí, sino porque esta había pasado totalmente desapercibida. En parte por el olvido del propio Hollywood y también por la constante campaña de los tabloides contra ella. En los últimos años, muchos medios de comunicación pasaron de recoger información del trabajo de Zellweger a convertir en noticia sus elecciones respecto a sus cambios físicos. Algo que la propia actriz denunció en una carta abierta en el HuffPost, titulada Lo podemos hacer mejor, donde lamentaba que la sociedad hablara tanto acerca del cuerpo de las mujeres. “No es que le importe a nadie, pero decidí cambiar mi cara y operarme los ojos. Este hecho no es relevante para nadie, pero que la mera posibilidad fuera discutida por los periodistas serios y se convirtiera en tema de conversación generalizada es una desconcertante ilustración de la confusión entre noticias/entretenimiento y la fijación social por lo físico”, escribió en 2016, precisamente el año que retomó la interpretación.
Durante sus años de retiro, la actriz, que rehúye de las redes sociales, empezó a hacer terapia, viajó, pasó tiempo con su familia, se introdujo en el mundo del running, asistió a clases en la Universidad de California en Los Ángeles e incluso escribió un proyecto piloto para una serie. También trabajó para organizaciones benéficas e impulsó su activismo feminista. “Hace mucho tiempo que quería dedicarme a asociaciones que luchan por la defensa y protección de las mujeres en todo el mundo.
Pero lo que verdaderamente hizo fue reencontrarse consigo misma. Zellweger supo poner distancia y perspectiva en su propia vida, algo clave para interpretar a Judy Garland. “El papel me permitió valorar la poca experiencia que pueda tener de cómo sortear un personaje público que era un lastre para mi vida”, aseguró la actriz en diciembre. Y de eso sabe mucho. Ese torbellino que fue interpretar a Bridget Jones en tres películas hizo que su carrera se disparara: logró una nominación al Oscar por esta comedia en 2002, otra en 2003 por el musical Chicago y otra en 2004, por la que se llevó el galardón gracias al drama Cold Mountain.
Fuente:Elpais.com