Un gato animado, cansado de un ratón molesto que vive en su casa, diseña un plan para echarlo con una trampa cargada de queso. El ratón, que no tiene un pelo de tonto, retira sin ningún problema el queso y se aleja con el estómago lleno.
Tal vez, puedas adivinar lo que sucede después. La historia termina como casi siempre: el gato grita de dolor al tiempo que otro plan fracasa.
El departamento de animación del estudio Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), donde trabajaban los creadores Bill Hanna y Josep Barbera, había luchado sin éxito por emular a otros estudios que habían creado personajes como Porky Pig (el puerco Porky) y Mickey Mouse (el ratón Mickey).
Los animadores, ambos menores de 30 años, comenzaron a pensar sus propias ideas.
Barbera dijo que le encantaba el concepto simple de una caricatura de un gato y un ratón, con conflicto y persecución, a pesar de que era una idea que se había hecho antes innumerables veces, al final dió sus frutos.
Fuente: BBC.com