Luego de medio siglo, la guerra contra las drogas la siguen ganando las drogas. De esa premisa parte el exministro Rafael Pardo Rueda, cabeza del posconflicto durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, quien este miércoles lanzó La guerra sin fin (Aguilar), su más reciente libro sobre la lucha antinarcóticos que Colombia ha afrontado durante décadas.
Cualquier balance demuestra que el costo para el país ha sido enorme y el beneficio prácticamente nulo, coincidieron los tres expertos que presentaron y debatieron el libro: el rector de la Universidad de Los Andes y exministro de Salud Alejandro Gaviria, el exconsejero presidencial de comunicaciones Camilo Granada y el académico Daniel Mejía, exsecretario de seguridad de Bogotá. En la primera fila del concurrido evento en la biblioteca del Gimnasio Moderno de Bogotá se encontraba el propio Pardo, que superó una delicada enfermedad en la recta final del anterior Gobierno, y el expresidente Santos (2010-2018).
“Desde principios de los setenta, cuando empezó a cultivarse y exportarse marihuana desde la costa Caribe, hasta ahora, ya entrado el siglo XXI, la vida colombiana ha estado marcada de muchas formas por el tráfico ilegal de narcóticos”, plantea Pardo desde las primeras páginas de La guerra sin fin. Los carteles aparecen, desaparecen y reaparecen, los capos son capturados y reemplazados, y al margen de los enormes esfuerzos de las autoridades la coca sigue fluyendo hacia Estados Unidos. “Ningún país ha tenido más éxitos y más fracasos que Colombia”, sostiene. “Las drogas, su consumo, su tráfico y su producción afectan a todas las áreas de nuestra sociedad”.
Colombia se mantiene por mucho como el primer productor mundial de cocaína –con 169.000 hectáreas de cultivos ilícitos al cierre de 2018–, y Estados Unidos como el primer consumidor.
Fuente:Elpais.com