México, 23 abr (EFE).- Las autoridades de salud mexicanas estiman que la pandemia del COVID-19 causará entre 6.000 a 8.000 muertos, informó este jueves a Efe el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
En una entrevista en Palacio Nacional, la cara más visible de la lucha contra la pandemia en México explicó que en la mayoría de países ha fallecido entre el 50 % y el 80 % de los enfermos de COVID-19 en terapia intensiva.
Siguiendo este patrón, y calculando que en México unas 10.000 personas terminarán en estas circunstancias, “estaríamos hablando que 6.000 personas, 7.000 u 8.000 personas que podrían perder la vida”.
México acumula al momento más de 10.500 casos y 970 fallecidos, y se prevé que el pico máximo de contagios tendrá lugar entre el 8 y el 10 de mayo.
Este martes se declaró la fase máxima de contagios (fase 3) y alargó las medidas de distanciamiento social hasta el 30 de mayo.
En el pico máximo de contagios se duplicaría el número de casos diarios, llegando a miles de ellos nuevos cada 24 horas, explicó López-Gatell.
El doctor en Epidemiología recordó que entre los pronósticos oficiales se estiman 250.000 personas enfermas y “muchísimas más infectadas” pero sin presentar síntomas de la enfermedad.
La mitad de estas personas -unas 125.000- acudiría a atención médica y alrededor de 10.500 requerirían terapia intensiva.
“Son cifras que mantenemos como referencia para garantizar los recursos necesarios para atender”, dijo, aunque hay un margen y por ello se trabaja para tener hasta 16.000 camas.
Agregó que en algunos puntos del país se está llegando a un punto de “saturación”, como en la Ciudad de México o Tijuana, pero se mostró confiado en que el proceso de reconversión hospitalaria existente permitirá tener estas 16.000 camas de terapia intensiva, que contemplan además de la cama un ventilador, monitor y personal médico.
“En este momento prácticamente hemos casi alcanzado esta capacidad en virtud de convenio (con hospitales privados), de la reconversión hospitalaria, y de la incorporación de planes militares de apoyo a población civil, lo que nos da capacidad de estas 16.000 camas”, apuntó.
Desde principios de abril, las actividades económicas consideradas no esenciales están paralizadas en México, mientras que el Gobierno exhorta a la población a quedarse en casa, si bien la cuarentena no es obligatoria para no afectar a los más de 50 millones de pobres del país.
El Gobierno mexicano no aplica pruebas masivas a la población y calcula, mediante un modelo de estimaciones llamado centinela, que la cantidad de enfermos en el país podría ser unas nueve veces mayor a la registrada.
(c) Agencia EFE