Se alimentan de donaciones, duermen en colchonetas y se duchan con una manguera en los baños. Unos 200 colombianos están “atrapados” desde hace días en el aeropuerto internacional de Guarulhos, el mayor de Brasil, por la pandemia y a la espera de un “vuelo humanitario” que les lleve de regreso a casa.
Familias enteras, algunas de ellas con bebés de brazos, ancianos y alguna embarazada, han acampado en cuatro salas de la terminal dos de este aeropuerto situado en la zona metropolitana de Sao Paulo, sin un horizonte claro de cuándo podrán volver a su país.
“Es una situación muy degradante para nosotros”, dice a Efe Daniel Gallo, cantante de 25 años, que vio cancelados los conciertos que tenía programados en la ciudad de Belo Horizonte, así como su vuelo de regreso a Colombia, con fecha para este 24 de mayo..
Hay turistas, estudiantes, pero también trabajadores que vivían en Brasil y perdieron su sustento de la noche a la mañana por las medidas de aislamiento social que han paralizado las economías de la mayoría de los estados brasileños.
Arnubia Narváez, natural de la ciudad de Pereira, fue una de las primeras que llegó al aeropuerto de Guarulhos, donde permanece desde hace unas dos semanas junto con su esposo, sus dos hijas de 13 y 16 años, sus hermanos y sus sobrinos. Dice que ya ha perdido la cuenta de los días que lleva en la terminal.
“No sabemos si es de día o de noche”, se lamenta. Vivían en Sao Paulo vendiendo ropa y haciendo comida típica de su país, pero el coronavirus, que en Brasil deja ya cerca de 23.000 fallecidos y más de 360.000 contagios, les ha dejado, dice, en una situación insostenible.
“Al no tener cómo pagar el alquiler de las casas, ni cómo comer, nos hemos desplazado hasta acá para pedirle ayuda al Gobierno de nuestro país para que nos ayude a regresar a casa”, explica a Efe.
Desde el inicio de la crisis del coronavirus, el Gobierno de Colombia ha organizado la operación de tres vuelos “de carácter comercial”, pero con autorización de ingreso a Brasil por razones humanitarias, que han permitido el regreso de 346 colombianos.
Pero para Arnubia esos vuelos “no han sido humanitarios”, pues los pasajeros tuvieron que correr con los gastos
“Para mí la palabra humanitario es cuando tú haces algo humano por las personas”, subraya.
“Mucha gente no tiene plata para regresar a Colombia” porque se quedaron sin trabajo “con esto de la pandemia” y “los sacaron a la calle”, expone el turista John Henao, de 51 años, vestido con la camiseta de la selección cafetera y el 10 de James a la espalda.