A tres semanas de que se abra el plazo de la anexión parcial de Cisjordania a Israel, el liderazgo palestino ha tocado a rebato para intentar movilizar a la comunidad internacional. El primer ministro, Mohamed Shtayyeh, ha advertido este martes de que la Autoridad Palestina declarará unilateralmente su independencia como Estado, dentro de las fronteras de 1967 y con capital en Jerusalén Este, si el Gobierno de Benjamín Netanyahu cumple la “amenaza existencial” para el pueblo palestino de extender la soberanía a los asentamientos de colonos y el valle del Jordán.
Shtayyeh, un veterano dirigente que participó en la Conferencia de Madrid de 1991, responsabilizó a Israel de haber roto todos los puentes al violar los acuerdos que hace tres décadas sentaron las bases para la creación de la Autoridad Palestina. “La coordinación de seguridad (con las fuerzas israelíes) ya ha llegado a su fin”, enfatizó el primer ministro sobre la declaración efectuada hacer un mes por el presidente Mahmud Abbas. “El reconocimiento de Israel [por parte de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP] está siendo ahora también cuestionado”, aseguro en Ramala, en una conferencia organizada por la Asociación de la Prensa Extranjera, que fue también retransmitida en directo por Internet.
El primer ministro palestino reveló que su Gobierno ha presentado en los últimos días ante el Cuarteto para Oriente Próximo (integrado por la ONU, la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos) una “contrapropuesta” al plan de la Casa Blanca, difundido el pasado febrero, que sirve de base para la anexión territorial por Israel de un 30% del Cisjordania.
“Se trata de un texto de cuatro páginas y media en el que planteamos, como punto de partida, una declaración constitucional para la creación de un Estado palestino soberano, independiente y desmilitarizado, con modificación de fronteras (respecto a las anteriores a la ocupación israelí en 1967) en caso que sea necesario”, puntualizó el mandatario sobre la fórmula de mediación multilateral. Las negociaciones entre palestinos e israelíes llevan más de seis años paralizadas, desde el último intento de diálogo apadrinado por el entonces presidente norteamericano Barack Obama.
La respuesta palestina de romper los últimos lazos con el Estado judío pretende movilizar a la comunidad internacional para que presione a Israel antes del 1 de julio, a fin de que retire sus planes de anexión. Shttayeh recordó que el acuerdo de coalición entre Netanyahu y el líder centrista Benny Gantz autoriza al primer ministro a poner en marcha el proceso de “aplicación de la legislación israelí” en gran parte de Cisjordania a partir del mes que viene. Tanto en la Kneset (Parlamento) como en las primeras reuniones del Gabinete la iniciativa de Netanyahu ha sido confirmada.
La Autoridad Palestina prevé pedir a la Unión Europea que aplique sanciones económicas a Israel si ejecuta la absorción territorial. “El debate dentro de Israel ya no es entre ocupación o paz, sino entre mantener el statu quo o la anexión”, lamentó el primer ministro. “La anexión destruye la esperanza de Estado palestino, viola los acuerdos de paz y la ley internacional, y amenaza la seguridad regional, en particular la de Jordania”, advirtió.
También indicó que Fatah, el partido nacionalista liderado por el presidente Abbas, había invitado a Hamás, que gobierna de facto en la franja de Gaza desde hace 13 años, a sumarse a la contrapropuesta planteada a tres de los principales actores internacionales agrupados en el Cuarteto. “Tanto Hamás como sus aliados de la Yihad Islámica”, aseguró, “han declinado participar”.
Economista de formación, Shtayyeh reveló que su Gobierno no va a estar este mes en condiciones de pagar los salarios de los funcionarios a causa del recorte en la transferencia de los impuestos, que Israel recauda en nombre de la Autoridad Palestina, que se han visto bloqueados durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus. “Pero el intento de extorsión no nos va a llevar a cambiar nuestras posiciones a cambio de dinero”, proclamó.