La capital china aumentó el martes por la noche el nivel de respuesta a emergencias por la covid-19 en un intento de frenar la propagación masiva del brote, que se desató el pasado jueves en el principal mercado mayorista de Xinfadi.
Según indicó la Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista de China (PCCh) en un informe publicado en su página web, “es urgente que el país mejore los estándares de saneamiento y minimice los riesgos para la salud en los mercados”.
“La epidemia es un espejo que no sólo refleja el aspecto sucio y desordenado de los mercados mayoristas, sino que también evidencia el bajo nivel de su gestión”, asegura el informe.
El coronavirus se detectó por primera vez en el mercado de mariscos de Huanan en la ciudad china de Wuhan, mientras que en Pekín el brote se encontró en el de Xinfadi, que ocupa una superficie de 112 hectáreas y tiene 1.500 empleados y más de 4.000 titulares de puestos de venta.
“La mayoría de los mercados se construyeron hace 20 o 30 años, cuando el drenaje y el tratamiento de aguas residuales estaban relativamente poco desarrollados”, añade el organismo. Queda por ver si el país tomará medidas decididas para mejorar la higiene en este tipo de establecimientos y en los llamados mercados subterráneos y semi-subterráneos, espacios cerrados y húmedos en los que apenas hay ventilación.
Más pruebas
Entretanto, la ciudad continúa aplicando medidas extraordinarias para atajar el nuevo brote: el portavoz municipal, Xu Hejian, afirmó hoy en rueda de prensa que se harán más test a los residentes y que ya se han realizado 87.000 pruebas de ácido nucleico en el distrito de Fengtai, donde está situado el mercado de Xinfadi.
Asimismo, se seguirán haciendo pruebas a los empleados de todos los restaurantes, universidades y mercados de la capital -estos establecimientos serán asimismo desinfectados-, y hasta ayer se habían realizado 356.000 test, según las autoridades municipales.