Marcela Giraldo forma parte del cuerpo médico de la primera barrera contra el covid-19 en Italia.
Doctora Marcela. ¿A qué horas termina una médica colombiana atendiendo covid en Italia?
Cuando me vine a vivir a Italia, hace diez años, decidí cambiar de especialidad. En Colombia trabajaba en Medicina del Trabajo, pero no estaba muy en la clínica. Esa parte administrativa de la salud pública que me encantaba, aquí no la podía ejercer sin los títulos. Entonces decidí retornar a la clínica y me enamoré. Me demoré un par de años pasando 14 exámenes para validar mis títulos.
¿Y en qué se especializó finalmente?
Lo que más me gusta es el trabajo con la gente, del día a día, atender las familias y por eso decidí hacer la especialización en Medicina Familiar. En este momento los médicos familiares somos la puerta de entrada a la primera contención que tenemos para el virus.
¿Y le toca vacunar?
Por ahora con Pfizer, no, porque están cuidando mucho esas vacunas tan caras y además por el tema de los congeladores, etcétera. Lo están haciendo muy programado por las exigencias de esta vacuna. El 29 de enero va a ser aprobada la AstraZeneca, a la que le ha apostado más Europa, porque cuesta menos, una quinta parte de la de Pfizer, y no tiene el problema de los congeladores. Cuando lleguen esas vacunas, que va a ser más o menos a mitad de febrero, va a empezar una vacunación mucho más masiva y yo creo que ahí nos va a tocar vacunar a nuestros pacientes.
¿Cuántas vacunas llevan en Italia, a la hora de esta entrevista?
Llevamos 1’000.000 de vacunas suministradas.
¿Desde cuándo?
Desde el 31 de diciembre. Yo puedo abrir en este momento la página del Ministerio y ver cuántas vacunas pusieron hoy, porque llevamos un monitoreo en tiempo real.
¿Cuántas calculan que llevaran aplicadas al 31 de enero?
Calculamos que en un mes habrá un millón y medio de vacunas. Lo cual es un poquito incierto, porque Pfizer anuncia problemas de producción y disminuyó la distribución en Europa. Al final del año tendremos unos 18 millones. Muy lejos todavía para hablar de “inmunidad de rebaño”.
Toda Europa ha sido un poquito catastrófica en la vacunación. ¿Por qué?
Es una cosa extraña. Inicialmente se hicieron todos estos pactos para comprar las vacunas y estaban funcionando muy bien, pero no todos los países comenzaron a vacunar simultáneamente. Italia fue el primero, después España con dosis (al momento de esta entrevista) de, más o menos, 8.300 por millón de habitantes, después Alemania, que debería ser la primera, pues la Pfizer tiene socio alemán, BionNTech, por lo que teóricamente debería estar encabezando la lista, y tiene como 8.200, y Francia es un desastre…
¡Con razón la señora Merkel anda tan desconcertada con la epidemia en Alemania!
Francia 2 mil y pico por millón de habitantes, y Bélgica prácticamente no ha comenzado.
¿Y Gran Bretaña, con su experimento de espaciar las dosis de Pfizer?
Sí, allá están separando las dosis, con ese nivel de contagio tan impresionante. Es que estamos en un momento de transición muy peligroso, porque las campañas de vacunación se tienen que hacer cuando el contagio de la enfermedad que se quiere vacunar es bajo, y ahora está alto.
¿Por qué cuando el contagio es bajo?
Vacunar cuando el virus está circulando en un momento tan alto es difícil, es peligroso, no se puede vacunar a las personas enfermas. Inglaterra es el peor de los mundos, porque en algunas ciudades están encontrando que hay un paciente positivo por cada cinco habitantes. Es impresionante.
¿A qué lo atribuyen?
Posiblemente a que no se hizo el confinamiento inicial, drástico, sino que estamos en unas medidas que son restrictivas, pero no con aislamiento total.
En Colombia estamos ensayando toques de queda, encierro total de días enteros y aislamiento por barrios, por localidades. ¿Está demostrado que funciona?
Lo que se está haciendo aquí en Italia funciona relativamente bien, respecto a otros países de Europa, pero no ha resultado en una disminución total en los casos, se trata de bajarlos a un mínimo. Y es que aquí, por regiones, el índice de su transmisión es la medida decisiva para tomar las restricciones de limitación a la circulación, o aliviarlas un poquito.
¿Allá las toman por ciudades, por localidades?
Por regiones, que es como decir por departamentos, más o menos. Están la zona roja, la anaranjada y la amarilla. En la roja cierran todo. En este momento, por ejemplo, tenemos todos los colegios cerrados, excepto las primarias, porque ahí se ha demostrado que los niños, debajo de una cierta edad, no se contagian tanto, o mucho menos; y además, no enferman a los demás, o sea, no llevan el virus a la casa; bachillerato y universidades, totalmente cerrados. Los restaurantes, igual, sí están en zona roja; si están en zona naranja abiertos hasta las 18:00, pero solamente para domicilios.
O sea, ¿en zona roja no hay ni domicilios?
No, solo supermercados. No se permiten cambios de zona.
O sea, el que vive en Cundinamarca no se puede ir a vivir a Antioquia…
No, ni visitar otra zona.
¿Y en zona naranja?
Solamente se circula en unos horarios específicos y con todas las limitaciones de ingreso.
¿Y usted en cuál zona está?
En Torino estábamos hasta esta semana en zona roja. Pasamos, por fortuna, a naranja. En Navidad y en todas las fiestas pusieron zona roja en todas partes, para que la gente no se pudiera mover, y tratar de controlar el contagio.
Aquí en Bogotá no hicieron eso en diciembre, cuando más se justificaba. Lo vinimos a hacer en enero, cuando deberíamos podernos concentrar en la reactivación económica…
No, no. Aquí, por ejemplo, las unidades de cuidados intensivos empiezan a ser críticas, cuando hay un 30 % de ocupación.
En Colombia hay lugares en los que estamos con una ocupación de clínicas y hospitales del 95 % o más…
Con ese nivel de ocupación, donde uno se enferme, sí se complica, muy difícil se vuelve la emergencia.
Con base en la experiencia que ha visto en Italia, ¿qué consejo le puede dar a Colombia de las cosas en que se ha fallado, y de aquello en lo que se ha acertado, para cuando comience la vacunación? El Presidente ha dicho que las vacunas llegan a mediados de febrero. Arrancan con un primer grupo en el que están médicos y mayores de 80 años, alrededor de 1’700.000 personas. Pero si ustedes aspiran en Italia a haber vacunado apenas un millón y medio o algo más de personas para finales de enero, ¿qué podemos esperar nosotros?
Y eso que hemos vacunado a las personas que son las más rápidas de vacunar. La gente que se vacuna en hospital está toda ahí adentro. Los otros que hemos vacunado son personas en residencias para ancianos. Y hay otro grupo que ha causado un poquito de voces, que son los profesionales administrativos alrededor de estos dos grupos.
Entonces, por eso fue relativamente rápido. Cuando ya empecemos a vacunar a las personas que están en la calle, ahí va a ser más difícil. Pero tiene toda la lógica vacunar primero a los médicos, no solamente porque son los primeros que se están enfrentando a la pandemia, sino porque tienen que estar bien, para atender tanto pacientes covid como no covid, que igual se siguen enfermando.
Aquí en el primer grupo están los médicos de primera línea, y me han preguntado oftalmólogos, odontólogos, que tienen que estar cerca con los pacientes, si ellos también pueden ser considerados de primera línea…
Para nosotros, de primera línea es todo el personal sanitario.
Aquí se habla de talento humano de primera línea, ¿cómo llaman al personal médico de segunda, de tercera…? No se tiene muy claro quién entra en qué grupo.
Me imagino yo que los de primera línea son lo que están no solamente en cuidados intensivos, sino los médicos de medicina general, que están en los consultorios, los que están en las hospitalizaciones, aunque sean covid o no covid. O sea, los hospitalarios, los que están en este momento todos los días viendo pacientes. El que no está operando, como el cirujano plástico que está en receso, seguramente será de los de segunda línea.
Sobre ese experimento británico de espaciar la vacuna Pfizer más allá de las tres semanas reglamentarias, ¿qué opina? Entendí, por fin, que la polémica lógica que se le aplica a esa decisión, es que la primera dosis tiene más beneficios para la persona que la segunda, y si se vacunan más con primera y menos con primera y segunda, pues hay una mayor protección, aunque sea mínima…
Lo que dice la casa farmacéutica es que eso no está bien, que hay que respetar los tiempos máximos entre una y segunda dosis, para garantizar la inmunidad. Si me pregunta a mí, también en esa lógica, es mejor que vacunen a más personas, así me tenga que alargar un poquito más el tiempo de la segunda dosis. La eficacia de las primera dosis es del 52 %, lo que no es mucho, pero si más personas están vacunadas y tienen al menos ese 50 % de posibilidades de no infectarse, pues yo también creo que tiene más lógica que concentrar la vacunación al 95 % en un grupo más pequeño.
¿Acertamos habiendo escogido de primeras a la de Pfizer?
Creo que toca tratar de apuntarle lo menos posible a Pfizer, por los temas logísticos tan complicados, los costos tan elevados, y la posibilidad de tener congelador y después nevera, y los tiempos, y el método; de cada ampolleta, por llamarla de alguna manera, se pueden sacar hasta 5 dosis.
Entonces, toca retirarla del envase con unas jeringas especiales, poner la cantidad de vacuna específica para cada persona. Es complicado. No es la vacuna de la influenza, que se inyecta todo lo que está en la jeringa. Esta no. Aquí toca diluir, sacar la dosis justa, tener una jeringa específica, que aumenta el costo.
Por el precio, la AstraZeneca sería ideal, y hay otras. Y después, la logística es fundamental, pero fundamental. Se necesitan muchas personas vacunando, no solo profesional sanitario sino seguramente van a tener que capacitar a otras personas. En Europa seguramente los de las farmacias, que es personal calificado. O sea, tratar de tener personas que puedan hacer las vacunaciones lo más masivas posible, porque si no, no va a haber suficiente personal para vacunar rápidamente a todo el mundo. Pero, obviamente, eso va a depender de la disponibilidad de vacunas que existan, porque si no están, pues uno puede correr todo lo que sea, pero no alcanzarán.
Aquí los planes son de comprar, por ahora tenemos 1’400.000 vacunas aseguradas al mes. Falta ver, por ejemplo, si Pfizer regula su producción.
Fuente: El Tiempo