Sábado, 23 de Noviembre del 2024
xb-prime


One Health: por qué para mejorar la salud de las personas hay que cuidar a los animales y el medio ambiente

Publicado el 23/11/21

Médicos, veterinarios, ambientólogos y políticos participan en una jornada organizada por la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim, con el objetivo de avanzar en la solución ante los retos en materia de salud humana y animal que tiene la sociedad de hoy.

Humanos y animales hemos coexistido siempre. A veces, en proximidad como sucede con los animales domésticos; otras, en la distancia, con aquellos que siguen viviendo en un ámbito silvestre. El traspaso de enfermedades entre animales y humanos (zoonosis) no es nuevo. Sin embargo, factores como la globalización y el cambio climático multiplican los riesgos de contagio y plantean retos de salud humana, animal y medioambiental que requieren una estrategia mundial de abordaje multidisciplinar entre médicos, veterinarios y expertos en medio ambiente. 

Es lo que se conoce en el ámbito científico de forma general con el término inglés One Health. El término lo usó por primera vez el veterinario Calvin Schwabe en 1964 y la Organización Mundial de la Salud lo define como el diseño e implementación de programas de investigación, salud pública, legislación y seguridad alimentaria que permitan el control de zoonosis (enfermedades que pueden propagarse entre animales y humanos) y la lucha contra la resistencia a los antibióticos. Precisamente, este ha sido el tema que ha centrado la jornada One Health: avanzando hacia un abordaje integral de la salud organizada por la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim y que ha contado con expertos multidisciplinares de diferentes ámbitos (veterinarios, farmacéuticos, gestores de salud pública, médicos…). Peter Ploeger, director general de Boehringer Ingelheim España, ha afirmado que “el ser humano es fundamentalmente social; además de relacionarnos entre nosotros, también estamos interconectados con el resto de las especies del planeta, y con la naturaleza”, añadiendo que “cuando hablamos de salud, no es distinto”.

Asimismo, Carolina Darias, Ministra de Sanidad, durante su intervención en el evento ha insistido en que “para 2050 se prevé que dos tercios de la humanidad viva en grandes ciudades. Es fundamental lograr ciudades cada vez más sostenibles y que permitan una mejor calidad de vida y, para ello, es imprescindible que la salud pública vaya de la mano de la salud animal y la salud ambiental”.

La pandemia mundial de la covid marca un antes y un después en las estrategias de salud pública. Su origen animal, su rápida evolución, su amplia extensión geográfica y sus graves consecuencias sanitarias y económicas han evidenciado la importancia de las enfermedades zoonóticas. “Con los últimos avances en la medicina pensábamos que el mayor problema de la sociedad en el futuro serían las enfermedades crónicas. Sin embargo, las zoonosis siguen siendo un gran problema de salud pública”, ha recordado Mª del Carmen Pacheco Martínez, directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. 

La covid-19 es el ejemplo más reciente de zoonosis. Pero podría no ser ni el último ni el más grave; de ahí que la primera de las mesas redondas, Prevención y detección precoz de la zoonosis, haya girado en torno a identificar las medidas de la política sanitaria y los recursos necesarios para abordar esta problemática. 

¿CÓMO PASAN LOS VIRUS DE LOS ANIMALES A LOS HUMANOS?

Hay enfermedades específicas de humanos. Otras muchas saltan de especie en especie. Son las zoonosis y cada año, de cada cinco nuevas enfermedades humanas que aparecen, tres de ellas son de origen animal. El aumento de la movilidad humana, la conquista de espacios hasta ahora reservados a la fauna silvestre y las migraciones animales como consecuencia del cambio climático han llevado enfermedades endémicas de otros continentes a latitudes hasta ahora desconocidas. 

A mayor interacción entre personas, animales, plantas y medio ambiente, más riesgo de contagio. Esto puede ocurrir de dos formas: de animal infectado a humano (la rabia o la covid-19 son ejemplos conocidos) o a través de otra especie intermedia, denominada vector. Entre los vectores habituales de contagio se encuentran los mosquitos (malaria) o las garrapatas (enfermedad de Lyme).

Las zoonosis que más preocupan son aquellas que pueden afectar a los animales de abasto, por su incidencia en la seguridad alimentaria y su impacto económico. “En los últimos años se están invirtiendo grandes recursos en el control y erradicación de patógenos prevalentes en la cadena alimentaria, cuyos efectos en la salud humana e impacto en la economía son muy elevados”, explica Elena Andradas Aragonés, directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid durante su intervención en la jornada. De esta forma se pueden localizar e inmovilizar con toda rapidez las potenciales partidas de alimentos contaminados, permitiendo un rápido control del contagio, como en el caso de la carne mechada contaminada con listeriosis en España en el año 2019. 

Cada zoonosis lleva un curso diferente. No todas afectan a las mismas especies. Lo hemos visto recientemente con la covid, que afectó a los humanos, pero no a los animales de compañía. Las zoonosis suelen ser individuales (en el caso de un mordisco o una picadura) o locales (brotes en comunidades acotadas). Excepcionalmente pueden tener alcance planetario y convertirse en pandemia, como ha sucedido con la covid-19. Para evitar que se repita, se deben coordinar estrategias de prevención y control de la salud animal y, con ello, salvaguardar la salud de los ciudadanos. 

Precisamente, Margarita del Val, Investigadora del CSIC y del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, ha insistido en la importancia de las campañas de vacunación: “En España afortunadamente tenemos una gran cultura de vacunas. Vacunamos a nuestros hijos y no hemos dudado en vacunar a nuestros mayores cuando ha surgido una amenaza de salud como la pandemia de covid. La respuesta a la vacunación en nuestro país ha sido fantástica y nos ha permitido controlar la pandemia de forma más certera que en otros países de Europa, donde las campañas de vacunación no han calado tanto en la población”. 

Por su parte, Lucía de Juan Ferré, directora del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET), ha destacado que el papel del veterinario ha cambiado en los últimos años y que “ya no está solo para curar al animal enfermo. Hoy hablamos de bienestar animal, porque un animal sano es la mejor garantía de control de zoonosis. Desde la perspectiva de One Health es importante contemplar el papel del veterinario en las tareas de vigilancia, la implementación de modelos predictivos de enfermedades y la adopción de medidas de bioseguridad en las granjas. Prevenir es más económico que tratar”. 

UNA SOLUCIÓN INTEGRAL PARA LA RESISTENCIA ANTIMICROBIANA

La segunda mesa de debate se ha centrado en el uso racional de antibióticos y las resistencias antimicrobianas. Desde que Fleming descubriera la penicilina en 1928 se han ido descubriendo nuevas familias de antibióticos. Sin embargo, a día de hoy la OMS advierte que su mala o excesiva utilización en el ámbito doméstico (no terminar el ciclo, tomarlos en caso de infección vírica…), clínico o con el ganado está creando bacterias resistentes a los antibióticos. 

El problema al que se enfrentan médicos y veterinarios es que siguen presentándose cepas capaces de resistir todos los antibióticos. Esta situación constituye una gran amenaza para la salud pública y exige la coordinación de medidas de concienciación social para un uso racional de estos fármacos, así como un esfuerzo en las políticas y recursos dirigidos a la investigación para lograr nuevos antibióticos.

PROPUESTAS DE MEJORA MEDIOAMBIENTAL

La salud no es solo curar. Sobre esta cuestión se ha estructurado la tercera mesa de debate que ha abordado la importancia de fomentar la implantación de cambios legislativos, programas y políticas públicas con un enfoque multidimensional (humano-animal-ambiente) con el fin de lograr mejores resultados de salud pública. 

La creciente contaminación en las ciudades, el calentamiento global, la contaminación de los acuíferos o la pérdida de biodiversidad reducen las resistencias inmunitarias y favorecen la propagación de organismos patógenos y ponen en jaque nuestra salud. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos lo explica: “La acumulación de partículas de diésel en el aire de las ciudades muy contaminadas puede hacer que el cáncer de pulmón en fumadores, que habitualmente aparece en una proporción muy baja del 17%, alcance casi el 25% de incidencia”. 

Las políticas de mejora del medio ambiente redundan en una mejora de la salud pública porque “unos ecosistemas en buen estado de conservación son la base para el bienestar humano”, recuerda Noelia Vallejo Pedregal, Jefa de Área de Estrategias y Planes de Conservación en la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio de Transición Ecológica. “Sabemos que hay una correlación entre la alteración en la biodiversidad y el aumento de pandemias”, añade. 

Por esta razón, es necesario coordinar las políticas de salud pública a escala local, regional e internacional, con los sectores medioambientales, veterinarios y agrícolas dentro de una estrategia One Health como forma de prevenir futuras infecciones. 

Fuente: La Vanguardia.



Comments are closed.