En la actualidad, la agricultura orgánica en Colombia cuenta con entre 90.000 y 100.000 hectáreas del total del mercado de alimentos, según Fedeorgánicos; para el caso particular del sector azucarero, responsable del 6.8 % del PIB Nacional, la historia del azúcar orgánica en Colombia inició a finales de la década de los 90 en el Valle del Cauca, misma época en la que se aprobó la Ley de Producción de Alimentos Orgánicos, con la que se establecieron los estándares que deben cumplir este tipo de productos.
En 1999, Providencia decidió llevar su compromiso medioambiental a otro nivel al cultivar caña de origen orgánico: sin herbicidas ni fertilizantes químicos. La apuesta fue tan pionera como visionaria para el sector en ese entonces, ya que era una época en la que la mayoría de los colombianos no conocía a profundidad el concepto orgánico ni su importancia a corto, mediano y largo plazo.
En el mundo, desde 1984, cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Producción Orgánica, como un llamado para reflexionar sobre la importancia de las buenas prácticas del sector agroindustrial.
Providencia celebra esta fecha, ya que actualmente cuenta con 3.750 hectáreas de cultivo orgánico certificado, con las cuales produce 34.000 toneladas anuales de azúcar orgánica tipo exportación totalmente libres de productos químicos, y en equilibrio con el medio ambiente.
Un producto de origen que se ha posicionado en el mercado internacional llegando a Estados Unidos, Europa, Asia y el resto del mundo. Es así como el Ingenio no se detiene en su plan de expansión y planea llevar su portafolio orgánico a Japón y a Australia para deleitar a aquellos consumidores que eligen un producto mínimamente procesado, que no cuenta con ingredientes artificiales ni preservativos.
“La producción orgánica en Providencia es coherente con nuestra prioridad en la conservación y protección del agua, el suelo y el aire en todos nuestros procesos productivos, por esto desarrollamos productos en equilibrio con el medio ambiente; muestra de ello es que en 2019 fuimos certificados como un ingenio Bonsucro, reconocimiento mundial aplicable únicamente al sector de la caña de azúcar que acredita el cumplimiento de los estándares en la fabricación sostenible de azúcar y alcohol. Igualmente, en 2021 fuimos certificados como Empresa B, galardón que nos acredita como una compañía que cumple a cabalidad con los estándares de responsabilidad social y ambiental en cada una de nuestras prácticas”, expresó Vicente Borrero, gerente general de Providencia.
Al portafolio orgánico de Providencia, se suman: el alcohol orgánico, que se produce en su propia destilería, la cual cuenta con una capacidad de producción de 4’700.000 litros al año; y Provicomp, un abono orgánico procedente del compostaje de residuos de la fabricación de azúcar y la producción de alcohol, siendo este último un producto que mejora la estructura de los suelos gracias a sus beneficios físicos, químicos y biológicos.
“Como compañía creemos que la producción orgánica es la respuesta a muchos de los retos ambientales que vive el mundo en la actualidad. Sabemos que este tipo de agricultura implica grandes esfuerzos y por ende su implementación debe ser gradual; debido a ello en Providencia continuamos con el firme propósito de seguir avanzando para fortalecer este tipo de prácticas que preservan la biodiversidad y procuran el bienestar de las futuras generaciones’’ afirma Vicente Borrero, gerente general de Providencia.
Para la compañía, el imaginario dulce y sostenible es imparable. En 2022, el Ingenio traza metas como continuar siendo líderes en el segmento nacional y aumentar la participación en mercados internacionales, ampliando su portafolio orgánico y consolidando esfuerzos en la gestión de la sostenibilidad y buenas prácticas sociales y ambientales.
Por casi 100 años Providencia ha entrelazado la naturaleza, la educación y el desarrollo económico para dejarle a las próximas generaciones un lugar para vivir; su gestión en lo social, ambiental y económico le permiten catalogarse como una empresa de triple impacto. En 1991 el Ingenio pasó a formar parte de la Organización Ardila Lülle, incorporando grandes avances tecnológicos y diferentes cambios en su estructura organizacional.
Actualmente la Compañía cuenta con una molienda anual de más de 3’400.000 toneladas de caña y una producción anual de 269,792 toneladas de azúcar, más de 67 millones de litros de alcohol y 250,951 MWh de energía. Su portafolio de productos de consumo consta de azúcar blanca, morena y orgánica (siendo el primer ingenio colombiano en producir este producto en el año 1999). Para el segmento industrial, se elaboran y comercializan alcoholes, compostaje y miel. Su portafolio de calidad y pureza ha llevado a la compañía a ser reconocida internacionalmente, logrando que sus productos sean exportados a países como Alemania, España, Estados Unidos, Chile, Haití y Corea del Sur, entre otros.
Su componente social es la educación de calidad. Gracias a sus programas son beneficiadas 4.000 personas al año con educación básica y media, formación tecnológica, primera infancia (Centro de Formación Integral Providencia), fomento al deporte, entre otros.
Desde la gestión ambiental, trabaja en la creación de fuentes energéticas renovables derivadas del ejercicio agrícola, actividad que cuenta con la certificación internacional Bonsucro que acredita el cumplimiento de los estándares en la fabricación sostenible de azúcar y alcohol. Así como la protección y preservación del agua, la biodiversidad y los ecosistemas frágiles amenazados, a través del Parque Ecológico Providencia.
En el ámbito económico se materializan los esfuerzos en la producción de azúcar, así como bioetanol, energía eléctrica renovable y compost orgánico, entre otros, generando 3,640 empleos directos. Por usar la fuerza del mercado para dar soluciones concretas a problemáticas sociales y ambientales, Providencia es certificada como Empresa B.
Fuente: Diario Occidente.