Siguiendo el hilo que ya traían desde la última parte del 2021, el incremento de la inflación y el aumento en la cotización del dólar han marcado el comportamiento de los mercados a comienzos de año.
En el aspecto de la inflación, el alto costo de los productos y sobre todo de los alimentos está incidiendo en el mayor precio que están pagando los consumidores. Como lo anticipaban los cálculos a partir del Sistema de Información de Precios (Sipsa), y los datos compilados a través de Servipunto, las presiones alcistas sobre los valores de los alimentos para consumo dentro del hogar se consolidaron; esto incidió para que este rubro presentara una variación superior al 2%.
Por segundo año consecutivo, la evolución de los precios se mantuvo por fuera del rango de tolerancia del Banco de la República (2%-4%). Lo anterior se produjo gracias al comportamiento alcista observado en lo corrido del año en la canasta de alimentos, cuya inflación pasó de 4,8% al cierre de 2020 a 17,26% en diciembre de 2021, y en el rubro de regulados que cerró el año con una inflación anual por encima del 7%.
El alza en el precio de las papas, la carne de res, los huevos y la leche impulsó la canasta a su máxima variación en diciembre desde 2010. En efecto, estos cuatro componentes aportaron 20 puntos básicos a la variación total.
De acuerdo con el DANE, esto fue producto principalmente del encarecimiento de los insumos para la cadena productiva, los altos precios internacionales del maíz y la soya, y el elevado nivel de la tasa de cambio. A esto se unen los problemas de menor oferta, en particular en los huevos y en la leche.
Suministros
Señalan los investigadores del Bancolombia que, en el corto plazo, dados los problemas aún vigentes en las cadenas de suministro, la baja disponibilidad de algunos alimentos y la devaluación reciente del peso, es de esperar que los precios de los alimentos sigan al alza. No obstante, es necesario resaltar que la alta base de comparación puede permitir que la variación anual presente correcciones.
Los resultados del IPC en diciembre dan cuenta de que durante 2021 la dinámica alcista fue predominante y contrastó con lo observado en 2020. El estrés en la logística global, las presiones desde el resto del mundo, la transmisión de la depreciación del peso a los precios finales, el aumento de los costos para los productores locales y la recuperación de la demanda interna, fueron los elementos determinantes en la evolución observada de los precios de la economía.
“En medio de este contexto, esperamos que en 2022 la inflación finalice en 4,5%. Tal perspectiva implicaría que, por tres años consecutivos, los resultados de inflación se ubicaran por fuera del rango de tolerancia del Emisor”, sostienen los economistas.
De otro lado, el ajuste en el salario mínimo, el cierre más acelerado de la brecha del producto, la persistencia en los problemas logísticos a nivel global y la reversión de algunos alivios, serán algunos elementos que afectarán las expectativas de los agentes y mantendrán el estado de alta incertidumbre, lo cual incidirá sobre la persistencia a valores de inflación altos.
Este nuevo panorama de precios tiene implicaciones sobre el escenario esperado de política monetaria. En efecto, la senda de tasa de reposición implica que, en las dos primeras sesiones de la Junta Directiva del Banco de la República, en donde se decidirá sobre la tasa de referencia, los ajustes serán de 50 puntos básicos.
Impacto
De otro lado, e independientemente de las disputas políticas que se presenten en el país, las jornadas electorales siempre generan incertidumbre.
De allí que, en el primer tramo del 2022, el dólar en Colombia podría mantenerse por encima de los $4.000, pero una vez pasen los comicios comenzaría a reducirse, se acuerdo a lo señalado por analistas.
Esta es la expectativa de José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, quien dijo que, en el primer trimestre de 2022, el peso se mantendrá débil y tocaría los $4.100.
Esto teniendo en cuenta las turbulencias internas y externas, entre las que también se encuentra la subida de la inflación.
Pero volviendo al dólar, López aseguró que tras mantenerse por encima de los $4.000, la tasa de cambio en Colombia se reduciría y llegaría a niveles de $3.700.
Algo similar tiene en sus cuentas el Gobierno nacional, que prevé que el dólar registre un promedio de $3.744,2 al cierre de 2022.
“Tras un 2021 de fuertes rebotes de la actividad económica, políticas fiscales y monetarias expansivas, y un PIB mundial que recupera sus niveles prepandemia, se espera una moderación en el ritmo de crecimiento mundial en 2022”, se lee en el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
En tanto, según la Encuesta Mensual de Expectativas de Analistas Económicos, realizada por el Banco de la República, el 65% cree que la tasa de cambio cerrará el 2022 entre $3.600 y $3.800.
Del total, el 35% considera que estará en un rango entre $3.600 y $3.700, y otro 30% prevé que se encuentre entre $3.700 y $3.800.
Un 20% más espera que la tasa representativa del mercado (TRM) esté entre $3.800 y $3.900 para diciembre del 2022, mientras que un 10% de los analistas calcula que supere los $3.900.
Juan Eduardo Nates, asociado sénior de Divisas de Credicorp Capital, comentó que para el cierre del segundo trimestre se tendrá un panorama más claro, pero aún con una incertidumbre importante por los resultados de las elecciones.
“Por esto, y por lo cerca que se encuentra la contienda electoral, vemos ese rango del dólar entre $3.800 y $4.170 con probabilidad de calma solo después del 19 de junio, cuando el mercado decidirá si le gusta o no la propuesta económica y fiscal del candidato elegido”.
Además de esto, apuntó, “hay que sumarle factores macro como que se vayan alcanzando las metas de crecimiento del país, y por supuesto la meta de inflación, para esperar un dólar por debajo de $3.900. En caso contrario y con un candidato que el mercado vea como negativo” la moneda estadounidense mantendría su escalada.
Inversionistas
La economista de Scotiabank Colpatria, Jackeline Piraján, explicó que “los inversionistas estarán vigilantes de las acciones del Banco de la República en cuanto a subida de tasas de interés, de igual manera, los anuncios en materia fiscal serán relevantes y podrían dar un parte de tranquilidad pues Colombia en 2021 tuvo mejores resultados a los anticipados”.
“No obstante, en 2022 el mayor reto será el de las elecciones (a la Presidencia), pues ante los resultados de las rondas electorales en Perú y en Chile, los mercados llegan sensibles a recibir las noticias de los comicios en Colombia”, indicó.
Manifestó que el año pasado el dólar cerró por encima de la barrera de los $4.000, “presionado especialmente por la expectativa de subidas de tasas de interés más tempranas por parte de la Reserva Federal de EE.UU. e impactado por la incertidumbre internacional que suponen las variantes del coronavirus”.
Para el 2022 consideró que las presiones de inflación se mantienen altas y pese al surgimiento de nuevas olas de covid-19, los mercados están incorporando en los precios la posibilidad de que los bancos centrales de economías desarrolladas, especialmente de Estados Unidos, “comiencen más temprano a subir las tasas de interés”.
“Lo anterior supone una fuente de presión alcista para el valor del dólar a nivel global y en especial para economías emergentes”, manifestó Jackeline Piraján.
Alta incertidumbre
Camilo Pérez, jefe de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, considera que para el primer semestre del año la alta incertidumbre que hay por las elecciones a la Presidencia va a presionar la tasa de cambio al alza.
“Nuestro escenario central tiene una tasa de cambio alrededor de $4.200 promedio mes hacia mediados del año, pero en el escenario de riesgo, si se presenta un desenlace político desafortunado y de incertidumbre a nivel internacional, creemos que el promedio mensual de mediados del 2022 debería estar sobre los $4.400, claramente estos son niveles bastante elevados, que si bien ya hemos tocado hace unos meses, son bastante dicientes de la incertidumbre elevada que efectivamente traerían las elecciones”.
Fuente: El Nuevo Siglo.