Domingo, 24 de Noviembre del 2024
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Con aeronaves rusas, disidencias y ELN pelean en la frontera

Publicado el 14/02/22

El martes 8 de febrero, los integrantes de las disidencias de las Farc conocieron lo que era el infierno. A las 3 de la madrugada, una descarga de fuego y plomo les llovió desde el cielo venezolano.

En medio de la oscuridad y aturdidos por las detonaciones de las bombas que caían sobre sus cabezas, los guerrilleros de las disidencias de los frentes 10 y 28 buscaron refugio en los campamentos y laboratorios de coca, pero justo sobre esos “objetivos militares” detonaban los explosivos llegados quién sabe de dónde.

Cuentan los baquianos que fueron muchos los muertos, pero como esa zona selvática de Venezuela está casi deshabitada, no se pudieron establecer las bajas; “lo que si pudo verse fueron los muertos pudriéndose al sol, con los brazos y cráneos destrozados”, contaron.

De este operativo poco se ha hablado. Lo único que se sabe es que fue hecho con una modalidad usada por primera vez en la confrontación que desangra a la frontera colombo-venezolana, desatada por la guerra entre las disidencias de las Farc y el ELN, con apoyo de la Segunda Marquetalia: se usaron drones para atacar.

Información obtenida por Inteligencia de las fuerzas armadas del Estado colombiano, señala que ambos bandos han empezado a usar este tipo de armas tecnológicas.

“Hemos establecido que, por ejemplo, el Comando Conjunto de Oriente usa drones de fabricación iraní, pero del otro lado de la frontera, es decir, los integrantes del ELN y la Segunda Marquetalia, cuentan con una flotilla de estos aparatos que fueron traídos desde Rusia”, dice el investigador.

Entre la información recabada, los investigadores lograron identificar que hace tres meses llegaron al estado de Apure, en Venezuela, un comando integrado por ingenieros, explosivistas, expertos en milicias y mercenarios rusos “y esta gente trajo consigo unos equipos que usan para el ataque y el combate que ellos denominan el barrido”.

Con este equipo, desde el lado venezolano empezaron a hacer el llamado “barrido”, y lo hicieron desde el centro de Apure hacia Arauca, “tratando de arrinconar a los hombres de Gentil Duarte y Antonio Medina”, afirmó a EL COLOMBIANO el investigador.

¿Operaciones en conjunto?

La directriz de atacar a las disidencias del frente 10 comandadas por alias Ferney, alias Arturo y alias Jerónimo; y el frente 28, llegado desde Casanare junto a su comandante Antonio Medina (quien se creía muerto tras un enfrentamiento con el ELN el pasado mes de enero), fue dada por el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), Domingo Hernández Lárez.

En un documento, conocido por EL COLOMBIANO, este alto mando militar venezolano ordenó el despliegue de las fuerzas militares de Venezuela en una operación llamada Escudo Bolivariano 2022, en el que denominaron a las disidencias como Tancol, que traducido significa Terroristas Armados Narcotraficantes Colombianos.

«La FANB alista sus hombres, materiales y equipos para iniciar las operaciones Escudo Bolivariano 2022, donde en perfecta unión cívico militar policial, seguiremos manteniendo nuestra patria como un territorio de paz», indicó el alto mando militar venezolano.

Bajo este mandato fue que el 8 de febrero se presentó el bombardeo con drones en Isla Guárico, y tras la detonación de las bombas, aseguran fuentes venezolanas, entraron los guerrilleros del ELN y de la Segunda Marquetalia a hacer el llamado “barrido”.

“En este tipo de operaciones los guerrilleros también usan las armas y los drones que llegaron como apoyo de Rusia a Venezuela. Tenemos información que los ataques han sido en conjunto y es bien sabido que, guerrillas como el ELN o personajes como Iván Márquez siempre han contado con el beneplácito del Gobierno venezolano desde hace mucho tiempo”, señaló un investigador de Inteligencia del Estado colombiano.

Fue así como el ataque en la Isla Guárico, en Venezuela, se dio en dos frentes: por un lado del brazo en el que se divide el río Arauca llegaron las fuerzas estatales venezolanas, y por el otro, los grupos armados ilegales que quieren arrebatarle el control territorial a Gentil Duarte y su gente.

En la información recolectada y conocida por este diario, se detectaron que los drones rusos usados en la confrontación en Arauca y la frontera colombo-venezolana entre disidencias y ELN son de dos tipos: los indetectables que sirven para identificar las zonas campamentarias y los laboratorios de coca y dan coordenadas exactas; y los artillados, con los que se lanzan los bombardeos.

“Con esos drones rusos realizan los planos y la ubicación para luego proceder a los bombardeos; lo hacen con ese dron que es casi indetectable porque lo puedes confundir con un pajarito y no lo puedes sentir”, explicó una fuente de Inteligencia Militar.

Disidencias tienen drones

Los dos hombres que se movilizaban en la moto fueron alcanzados por las balas que les dispararon desde un barranco. Uno de ellos, alias Chorro, murió al instante, pero su compañero, identificado como Rubén Darío Carabalí, siguió en otra motocicleta hasta que se desvaneció sobre la carretera del sector El Balcón del Llano, en Tame, Arauca, por las heridas de las balas en su espalda.

En su bolso, y de acuerdo a la información suministrada por el coronel Fredy Pérez Pérez, comandante de Policía Arauca, Carabalí llevaba 557 cartuchos, una mini uzzi, dos pistolas 9 milímetros, un celular, tres proveedores y un dron.

“Siete cuadras más adelante, en el barrio Santander, estaba la otra persona lesionada con arma de fuego. Las dos personas murieron y a una de ellas se le encontró que tenía un bolso que lo llevaba atado a su cuerpo. Llevaba panfletos alusivos a las Farc y un dron”, dijo el coronel Pérez, para quien estos artefactos es la muestra de cómo se adelanta la nueva guerra en Arauca.

EL COLOMBIANO pudo establecer que las disidencias del frente 10 de las Farc también usan drones para atacar al ELN y a la Segunda Marquetalia. Para hacerlo, reclutan a los menores de edad y les encomiendan la tarea de aprender a manejar los drones y luego usarlos para obtener información del otro lado de la frontera, en el estado de Apure (ver foto 2)

“Vimos como los integrantes de las disidencias se llevan a los jóvenes y les dicen que les darán esos juguetes. Mucho niños entusiasmados por volar un dron, terminan involucrados en esta guerra”, comentó un líder a este diario, quien pidió no ser identificado por su seguridad.

Según este líder, las disidencias contactan a los niños como el de la foto y los “engolosinan” con los controles y el dron, luego los llevan a zonas donde puedan entrenar y volarlos, y luego les dan instrucciones para que lo hagan en la zona de frontera.

Para hacerlo, las disidencias han contratado especialistas que les enseñan el mejor uso de los artefactos. En las investigaciones adelantadas por las agencias de inteligencia de Colombia, detectaron de un ciudadano, al parecer de Irán, que llegó a Colombia por Panamá y se quedó unos días en Medellín.

“Todo el trayecto lo hizo por tierra para no despertar sospechas. Por intervenciones telefónicas supimos que se dirigía a Arauca, pero ya en la frontera con Colombia, se le perdió el rastro. Parece que se embarcó en El Amparo (Venezuela) y no se supo más”, dijo el investigador.

Otra noche sin dormir

Las explosiones que en días anteriores les quitaron la tranquilidad a los araucanos volvieron a sentirse en la madrugada de este sábado. En las veredas La Holanda y Botalón, de Tame, cuatro explosiones seguidas de ráfagas de fusil espantaron el sueño de los habitantes de esta zona rural.

Ayer mismo, pero en zona fronteriza de Arauquita, Arauca, en la población La Victoria, en Apure (Venezuela), los lugareños sintieron una veintena de detonaciones.

“Uno escucha un silbido y después esas explosiones tan terribles. Ahí sabe uno que los están bombardeando”, expresó un residente del lugar, quien afirmó a este diario que antes de las detonaciones vio a varias personas sobrevolar los drones.

Una vez más los araucanos piden que los dejen fuera de la guerra. No quieren presenciar más los sobrevuelos de los aparatos que surcan los cielos y parecen aves. “Tras ellos viene la explosión”, y esa explosión es la que les ha robado la tranquilidad y les ha quitado el sueño en las últimas noches araucanas.

Fuente: El Colombiano.



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