MÚLTIPLES REACCIONES ha generado la propuesta impulsada por el congresista demócrata Bob Menéndez sobre la inclusión de Colombia como aliado estratégico de Estados Unidos, teniendo en cuenta que el país sudamericano está por fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De acuerdo con lo establecido en el proyecto “Alianza Estratégica entre Estados Unidos y Colombia de 2022”, se pretende profundizar la cooperación entre ambos países en términos de seguridad, derechos humanos y laborales, y en temas ambientales, esto debido a la conmemoración de los 200 años de relaciones diplomáticas entre las naciones.
Igualmente, Menéndez, durante la presentación en el Congreso norteamericano, indicó que la iniciativa también servirá para impulsar la inversión extranjera en Colombia, reforzar el apoyo estadounidense en la implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las Farc, y contrarrestar la fuerza que China está desplegando por todo el continente.
“La denominación abre la puerta para que esos países organicen maniobras conjuntas con Washington y les permite acceder a material militar estadounidense”, se lee en el texto presentado por el senador demócrata.
Una de las reacciones a esta propuesta fue la del jefe de la diplomacia estadounidense para las Américas, Brian Nichols, quien dijo que el Gobierno de Joe Biden da la bienvenida a la iniciativa, pero no se conoció si tiene su respaldo total, aunque recordó que es el mismo mandatario quien designa un país como aliado estratégico fuera de la OTAN.
“La colaboración con Colombia es considerada como una prioridad para defenderse de las actividades malignas de actores estatales y no estatales que buscan cada vez más oportunidades para erosionar el consenso hemisférico sobre la importancia del estado de derecho y la gobernabilidad democrática”, señaló.
En este sentido, EL NUEVO SIGLO consultó con excancilleres y exembajadores de Colombia ante los Estados Unidos para conocer cuáles son los principales beneficios que tendría la inclusión de Colombia como aliado estratégico de los Estados Unidos, teniendo en cuenta que el país no está dentro de las naciones de la OTAN y los dos siglos de cooperación entre ambas naciones.
Sin efecto
Inicialmente, el exembajador colombiano en los Estados Unidos, Juan Carlos Esguerra, aseguró que la designación del país como aliado estratégico No-OTAN no tendrá ningún efecto, como les ha sucedido a los 17 países que tienen esa calificación.
“Yo creo que no cambiaría nada porque en el fondo, eso que venimos siendo desde hace un tiempo, considerablemente vaya a ser algo, es decir, que eso vaya a mejorar unas relaciones que son buenas o intensificar unas relaciones que son intensas y que son completas, pues me parece que no haría ningún efecto”, señaló. El exfuncionario agregó que “dicha inclusión del país como aliado principal No-OTAN, si hablamos en términos de música clásica, lo llamaría ‘variaciones alrededor del mismo tema’”.
Bajo la misma línea, el excanciller Julio Londoño sostuvo que “no creo que haya un cambio fundamental en nada, ya que hay 17 países en el mundo que tienen esa condición pero no creo que haya una cosa que vaya a impactar diferente para nuestro país. Simplemente es una condición que tienen otras naciones, pero no necesariamente creo que tengan una gran connotación para Colombia”.
Añadió que “es una propuesta que lleva a hacerle un reconocimiento al presidente de Colombia y a su Gobierno. Vamos a ver cómo avanza esta propuesta, ya que es solamente de un congresista norteamericano, pero no creo que vaya a dar un giro al país”.
Seguidamente, Álvaro Tirado Mejía, exdiplomático colombiano en el exterior, consideró que pese a tener varios aspectos positivos, no cree que vaya a trascender suficientemente en las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos.
“Creo que tiene aspectos que pueden ser interesantes en el campo económico, aunque eso tampoco garantiza nada especial. Las relaciones internacionales se rigen por distintos elementos y pues realmente creo que eso es equiparable con el ‘agüita caliente’, es decir, que se puede tomar pero no hace daño”, explicó.
Añadió que, “realmente, Colombia tiene problemas internacionales de más envergadura; por lo que pienso que sí, está bien que se haga aliado estratégico pero no le veo que tenga demasiada trascendencia como lo quieren hacer ver en la nación norteamericana”.
Sostuvo que esta denominación no va a generar un gran impacto para el país, como le ha ocurrido a las otras dos naciones que fueron incluidas como “Aliado Principal No-OTAN”. “Miremos el caso de Argentina, yo no creo que haya variado fundamentalmente las relaciones entre ambas naciones por ese tipo de situación. Entonces, sí es algo más simbólico que otra cosa que impacte a la región. Diría que es más de política interior norteamericana que de interés recíproco”, concluyó.
Cooperación mutua
Finalmente, una fuente consultada por este diario pero prefirió la reserva de su nombre, dijo que “esta es una categoría que existe hace más de un tiempo en la legislación estadounidense, y que hay varios países del mundo que tienen ese estatus (…) en ese sentido, lo que hay es una serie de reglas sobre la asistencia militar y la cooperación, y también sobre la adquisición de recursos de seguridad y defensa”.
Igualmente, mencionó que esta distinción tiene dos características importantes para el país. “En primer lugar, que Colombia, en la práctica, ya tiene relación muy sólida de cooperación en materia de seguridad con los Estados Unidos. Sin embargo, el tener esta categoría formaliza aún más esa relación de cooperación y facilitaría el acceso de Colombia a otros canales de cooperación en materia de seguridad y defensa con Estados Unidos”, explicó.
Agregó que “no se puede decir que como Colombia ya es un socio de Estados Unidos (porque nos colabora muchísimo en la lucha contra distintas amenazas en el país), el tener esa categoría sería irrelevante. Eso es no entender cómo funciona esta designación, y si eso fuera así, pues no habría interés de los Estados en conseguirlo”.
Mientras que en un segundo punto, el funcionario recalcó que estas designaciones no suelen surgir del Congreso norteamericano, sino del mismo Gobierno de los Estados Unidos, siendo el Presidente el que hace la designación, a instancias del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa.
“Sin embargo, la propuesta ha salido del presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, pero no ha sido descartada por el Gobierno como tal. Entonces, aquí habrá que interpretarlo como un punto importante en la que ha sido la aproximación bipartidista a las relaciones entre Colombia y EE.UU. en el Congreso norteamericano”, concluyó.
Posición del Gobierno colombiano
La propuesta también tuvo eco en el entorno del Gobierno nacional. Principalmente, el actual embajador de Colombia en EE.UU., Juan Carlos Pinzón, indicó que sería una buena decisión para el país recibir esta distinción.
“Es un mensaje claro en ver a Colombia como la piedra angular de Estados Unidos en Latinoamérica. Refrescar la agenda es darle a Colombia un lugar que se merece, dar un estatus en defensa y seguridad, lo que hemos hablado es que es importante agregar temas como ciencia y tecnología”, afirmó Pinzón en declaraciones a los medios de comunicación.
A su vez, el presidente Iván Duque reiteró que Colombia es validada como el primer aliado de Estados Unidos en el hemisferio, incluyendo las buenas gestiones con el mandatario Joe Biden, y se refirió a los principales aspectos en los que se viene trabajando de manera conjunta.
“Como lo vimos en Glasgow, cuando nos encontramos con el presidente Biden, estamos trabajando de manera conjunta en la ruta hacia la carbono neutralidad y reducción de emisiones de gases efecto invernadero para el 2030, estamos trabajando en la iniciativa ‘Build Back Better’ para promover el desarrollo empresarial inclusivo en América Latina y seguimos trabajando en la defensa de la democracia en el hemisferio”, precisó el Jefe de Estado.
Fuente: El Nuevo Siglo.