El gobierno británico anunció el lunes nuevas sanciones para aislar la economía rusa, al congelar los activos de los bancos y prohibir el acceso a los barcos de ese país.
“Llevaremos a cabo una congelación total de activos de todos los bancos rusos en los próximos días, tratando de coordinarnos con nuestros aliados“, dijo la ministra de Relaciones exteriores británica, Liz Truss, en el parlamento británico.
El gobierno británico ordenó prohibir el acceso a los puertos del Reino Unido a los buques con bandera rusa y los fletados o que sean propiedad de rusos, anunció por su parte el lunes el ministro de Transporte británico, Grant Shapps, en Twitter.
“Escribí a todos los puertos británicos para pedirles que no den acceso a ningún navío con pabellón ruso, registrado, poseído, controlado fletado o explotado por rusos”, añadió.
“Estamos dispuestos a hacer sacrificios económicos para apoyarlos, no importa el tiempo que tome, y no nos detendremos mientras la soberanía de Ucrania no se restablezca”, agregó la jefe de la diplomacia británica.
Debido a que “más del 50% de los intercambios comerciales rusos se realizan en dólares o en libras esterlinas, nuestras medidas coordinadas con Estados Unidos reducirán la capacidad de Rusia para comerciar”, aseguró Truss.
Prometió también tener como objetivo a más magnates, tomando medidas sobre “casas, yates y todos los aspectos de sus vidas“.
Durante mucho tiempo acusado de cerrar los ojos ante el flujo de dinero invertido en la City o en las propiedades de “Londongrad”, el gobierno ya prohibió en su territorio a varios multimillonarios cercanos al Kremlin la semana pasada.
Pero la presión es fuerte para ir más lejos y representantes han sugerido afectar a Roman Abramovitch, propietario del club de futbol de Chelsea.
Sin esperar, Abramovitch decidió ceder el control del club a los administradores de la fundación caritativa de Chelsea.
El ruso-británico Evgeny Lebedev, hijo del ex agente de la KGB convertido en multimillonario Alexandre Lebedev, publicó un texto en la primera plana del diario gratuito Evening Standard, que controla, para pedir el fin de la invasión.
Fuente: El Nuevo Siglo.