COMO es ‘normal’ en una guerra los balances diarios sobre el número de fallecidos y heridos son provisionales y cada bando emite cifras sobre las bajas causadas a su oponente. A una semana de la invasión rusa a Ucrania esas fatídicas estadísticas son disímiles, pero develan el horror del conflicto armado.
El mundo amaneció el jueves 24 de febrero con la noticia de bombardeos y avance de tropas rusas desde la frontera de Crimea hacia territorio ucraniano, en el inicio de la ofensiva militar sobre todo ese país, contrario a lo anunciado por el Kremlin de que sería en su límite este, la región de Donbás, donde reconoció a Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes.
De entonces a este jueves 2 de marzo, las cifras de víctimas y heridos, tanto civiles como militares de los bandos enfrentados han ido escalando. Sin embargo, no se tiene certeza de éstas, por razones que van desde imposibilidad de verificación sobre el terreno como creciente desinformación.
Un balance entregado por el Servicio de Emergencias de Ucrania el jueves señaló que más de 2.000 civiles han perdido la vida desde que comenzó la ofensiva militar rusa, el pasado jueves, entre ellos decenas de niños y trabajadores de la salud. Ese mismo día la presidencia ucraniana indicó que los fallecidos civiles en los primeros siete días de ofensiva militar rusa eran 350, de ellos 14 infantes, mientras los heridos eran 1.600.
Horas después, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, entregó su balance provisional, es decir el que se ha podido verificar: 752 víctimas civiles, incluidos 227 muertos, entre ellos 15 niños, mientras que el número de heridos era de 528, incluidos 28 menores de edad.
La comisionada enfatizó que se trata solo de casos constatados, que la cifra real sería “mucho mayor” y que el registro supera ya todas las víctimas civiles que se reportaron entre 2018 y 2021 en las zonas en conflicto del este de Ucrania.
Especialmente a la región del Donbás corresponden 323 del total de víctimas, incluidos 65 fallecidos, en su mayoría en zonas controladas por las fuerzas leales al gobierno de Volodomir Zelenski.
El presidente ucraniano ha acusado a Rusia de perpetrar crímenes de guerra, mientras que las autoridades rusas sostienen que no incluyen objetivos civiles en sus ataques y que es la parte contraria quien utiliza a la población como escudo humano.
El balance sobre las víctimas militares de las partes en conflicto también es contradictorio. Así, el Ejército de Ucrania cifró este miércoles en cerca de 5.850 el número de militares rusos muertos en combate desde el 24 de febrero, el presidente Zelenski sostuvo que eran al menos 9 mil.
Al entregar el ‘parte de la primera semana de guerra’, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas también indicó que han destruido 211 carros de combate, 30 aviones, 31 helicópteros, 862 vehículos blindados, 85 sistemas de artillería, dos embarcaciones y tres drones, entre otro equipamiento militar. “Los cálculos son complicados por la alta intensidad de las hostilidades”, agregó el comunicado oficial que también aplaudió “resistencia heroica del pueblo ucraniano ante la invasión rusa”.
Por su parte, desde el Ministerio de Defensa ruso entregó el miércoles su primer balance: 498 soldados fallecidos, al tiempo que cifró en más de 2.800 los “militares y nacionalistas” ucranianos muertos y en unas 3.700 las personas heridas en el marco del conflicto.
Ayer el preocupante balance de pérdida de vidas seguía subiendo. Solo en la mañana se indicó que 33 personas murieron y al menos 12 resultaron heridos en un bombardeo ruso contra áreas residenciales, incluyendo colegios, de la ciudad ucraniana de Chernigov (norte) y en, informaron los servicios de emergencia, aumentando los balances anteriores.
Fuente: El Nuevo Siglo.