Un nuevo hecho de violencia de cara a las elecciones de este año fue denunciado ayer por el senador del Partido Liberal Guillermo García Realpe, quien dijo que fue objeto de un atentado después de las 7 de la noche del pasado martes, en un sector entre el municipio de El Peñol y El Tambo, al occidente de Nariño, a una hora del casco urbano de Pasto.
Por fortuna para el Parlamentario, el ataque fue repelido por los escoltas que tiene para su protección, quienes al notar la presencia de sujetos armados procedieron a disparar.
El Senador liberal, quien para las elecciones presidenciales está apoyando la coalición del Pacto Histórico, esto porque el Partido Liberal no tiene candidato propio, explicó que “descendieron tres sujetos, estaban armados, ellos apuntaron a la camioneta donde viajábamos, un cuarto se quedó en el carro. Tenían muy bien montada la estrategia, querían abordarnos a nosotros; la interpretación la dejo a los investigadores, si se trató de un atraco u otro objetivo. Fue un ataque violento, muy fuerte. No creo que fuera un atraco, puesto que soy una persona protegida y no van a hacer esto sabiendo esta situación; la gente conoce los vehículos oficiales, conoce a Guillermo García Realpe”.
Tras la reacción de los escoltas del Parlamentario, dos de los atacantes subieron a un carro y huyeron, en tanto que un tercero desapareció entre la vegetación, aparentemente herido. “Desconocemos lo que pasó con esta persona que no subió al carro”, dijo el senador Guillermo García.
La caravana del Congresista se dirigió hasta la Estación de Policía de El Tambo, donde García Realpe puso la denuncia. Desde allí fue escoltado hasta la ciudad de Pasto, donde se dirigió a la Fiscalía y dio a conocer los hechos.
“No hemos recibido amenazas directas, pero algunas personas nos han manifestado que hay mucha molestia por nuestras denuncias, o nuestros debates, hemos luchado contra la corrupción a nivel nacional y regional”, dijo el Senador, quien agregó que “es evidente que muchos territorios los perdió el Gobierno nacional”.
Fuente: El Nuevo Siglo.