Buena parte de la salud y el bienestar general de su mascota está ligada a los alimentos que consume, el tipo de cuido o concentrado que le brinda y si le da comida natural o no.
En realidad no hay una fórmula única que garantice el suministro correcto de nutrientes –dependerá de las características y necesidades de cada mascota–, sin embargo, es posible tener en cuenta algunas pautas generales para asegurarse de que está haciendo el mejor trabajo posible como cuidador.
Para comenzar, tenga en cuenta que los perros son animales carnívoros facultativos, es decir, su principal fuente de alimentación son los tejidos de origen animal, pero en condiciones adversas pueden aprovechar nutrientes de algunos frutos y semillas. Los gatos, por su parte, son netamente carnívoros, es decir, su dieta se basa solo en el consumo de proteína animal.
Así, la elección del cuido debe ser consecuente con esto. María Soledad González, médica veterinaria del Centro de Veterinaria y Zootecnia (CVZ) de la Universidad CES, explica que “uno de buena calidad permitirá suministrarle, tanto a caninos como a felinos, una comida balanceada”.
Al momento de comprar el concentrado es importante verificar que en los ingredientes aparezca –entre los primeros, teniendo en cuenta que el orden da cuenta de la cantidad de cada uno: entre más al final de la lista esté, menos presencia tiene– algún tipo de proteína animal, bien sea pollo, cordero, salmón o res.
“Sería ideal que dijera que están deshidratados, porque eso significa que realmente son de los primeros ingredientes”, apunta la veterinaria Paula Ortiz, líder del proyecto La Vete que Educa (@lavetequeeduca, en Instagram). “Además hay que evitar que se trate de ‘un arcoiris de colores’, los animales no necesitan eso para nada, a nivel nutricional no aporta, al contrario, los colorantes podrían estar relacionados con el desarrollo de cáncer”.
Así mismo, agrega, es importante evitar que tengan conservantes como BHT, BHA o etoxiquinas, siendo mejores los tocoferoles o la vitamina E (conservantes naturales).
En los ingredientes encontrará verduras e hidratos de carbono, pero su cantidad no debe ser superior a la de la proteína. Las harina de cereales –soya, trigo, cebada, maíz, arroz– deben estar en una baja cantidad, si no se trataría de un cuido comparable a la comida rápida para humanos: llenadora, pero muy poco nutritiva, incluso perjudicial. “Finalmente, entre más corta sea la lista de ingredientes, mucho mejor”, señala Ortiz.
Alergias y “medicados”
Para la médica González, garantizar una correcta nutrición implica tener claro si la mascota es alérgica a algún tipo de alimento, “y si no lo sé, tener claros los ingredientes permitirá informarle bien al veterinario los detalles, en caso de que haya alguna alteración digestiva, dermatológica o un proceso alérgico”.
En general las alergias suelen estar relacionadas con las carnes (res, cerdo, pescado, pollo), dice, aquellas que tienen que ver con otro tipo de nutrientes o ingredientes –como el gluten, por ejemplo– no han sido muy documentadas.
Apunta la especialista que es importante tener en cuenta la edad de la mascota y fijarse que el cuido esté indicado para ella, bien se trate de un cachorro, un adulto o un geronte. Así mismo, hace un llamado de cuidado al hablar de cuidos dirigidos a determinados tipos de pacientes: diabéticos, con falla hepática, problemas gastrointestinales, etc.
Estos concentrados deben ser suministrados siempre bajo la asesoría de un médico veterinario, pues podrían tener efectos negativos en una mascota sana. “Es importante comprender que no se trata de alimentos realmente ‘medicados’, pues no contienen ningún tipo de medicamento, son simplemente ‘prescritos’ por un profesional para tratar alguna afección”, explica y previene con respecto a que no deben ser utilizados de forma preventiva ni sin receta médica, “darlos sin necesidad podría ocasionarle enfermedades a la mascota o incluso la muerte. Lo ideal es siempre asesorarse y procurar no tomar los concentrados de supermercados, lugares en los que no suele haber una persona que avale el suministro de los alimentos”.
La comida fresca
Es un mito aquel que afirma que darle comida natural (carnes frescas, frutas y verduras) a las mascotas puede enfermarlas o aumentar la intensidad de los olores que desprenden.
La veterinaria Ortiz resalta que optar por la comida natural es un excelente complemento alimenticio, incluso hasta preferible, pues de ese modo como cuidador sabrá exactamente qué está poniendo en el plato del perro o el gato y si está evitando conservantes nocivos.
Entre algunos de los alimentos recomendados por la especialista se encuentra el huevo cocido, que es buena fuente de proteína, grasas y vitaminas liposolubles. “En perros y gatos pequeños es recomendable un huevo a la semana, en medianos dos y en grandes tres”.
Del mismo modo, pueden elegirse pescados azules (como sardina o salmón), que son ricos en omega 3. “Estos pueden ofrecerse horneados o sellados, aproximadamente 50 gramos de pescado por cada 10 kg a la semana, repartidos en 2 o 3 porciones”. No use sal.
En relación con frutas y vegetales, hay que tener presente que son favorables porque aportan fibra –ideal para problemas de estreñimiento– y antioxidantes –que previenen el envejecimiento y el cáncer–. Las porciones de este tipo de alimentos deben representar máximo el 10 % de su ración diaria de comida, darles más que eso podría provocarse diarrea. Según Ortiz, “lo ideal es que las frutas se ofrezcan rayadas y los vegetales al vapor, picados finamente. De ese modo su sistema digestivo puede aprovecharlos mejor”.
Entre las frutas a evitar se encuentran las uvas, las pasas y las semillas; entre los vegetales solo la cebolla. “Es muy importante que frutas y verduras estén muy bien lavadas y maduras, pues de lo contrario podría haber intoxicación”. Tampoco incluya alimentos con azúcar (pasteles, dulces), sal o fritos.
“La incorporación de este tipo de dietas debe estar siempre intervenida por un médico veterinario con conocimientos al respecto”, añade la docente González, “incluso la comida natural puede ser prescrita para algunos tipos de pacientes (con enfermedades crónicas, por ejemplo)”.
Una alimentación consciente con su mascota evitará que desarrolle enfermedades metabólicas, hepáticas, renales, que gane o pierda peso de forma descontrolada, problemas de riñones o corazón.