El mediocampista argentino Hugo Morales dejó huella en Atlético Nacional entre el 2002 y 2004.
Su técnica, que se hacía visible con su buen manejo del balón y con su capacidad para pegarle al balón, especialmente en los cobros de pelota quieta, aún están en la memoria de los seguidores del conjunto antioqueño.
Aunque su salida del club no se dio de la manera ideal y estuvo rodeada por un ambiente de misterio, el sentimiento del jugador hacia la institución se mantiene intacto, al igual que el de los hinchas por él.
Moralito, como le decían de cariño, confiesa que espera regresar en algún momento al club, pero ya en el rol de director técnico, el cual añora desempeñar en el Rey de Copas colombiano.
El exjugador tiene claro que de darse esto sería en un futuro, pues por lo pronto busca sumar experiencia en su país y a la distancia hace fuerza para que Hernán Darío Herrera consiga el título de la Liga Betplay 1-2022 y que el conjunto verde acabe con la sequía de títulos que tiene desde el primer semestre de 2017, cuando derrotó a Deportivo Cali y alcanzó su estrella número 16.
El argentino dialogó con EL COLOMBIANO sobre su presente, Nacional, su salida del club y otros temas.
¿Qué podemos contar de su presente?
“Desde que dejé de jugar hace 13 años al fútbol profesional me vine a vivir a Corrientes, localidad ubicada a 800 km de Buenos Aires, que tiene 50.000 habitantes. He estado alejado un poquito de lo que es Buenos Aires, el fútbol y esas cosas, pero acá tengo una escuelita de fútbol. También con un amigo tengo el proyecto de empezar a dirigir, ya que me sugirió hacer una dupla técnica”.
¿Quién es el amigo?
“Se llama Ariel López, él jugó en España, en Argentina, en Lanús jugó conmigo. Estamos esperando empezar a dar nuestros primeros pasos como técnicos”.
¿Dónde se ve dirigiendo?
“Nosotros tenemos buena llegada en Lanús, ahí fuimos campeones de la Copa Conmebol. Después es esperar propuestas, queremos arrancar, sabemos que es difícil porque hay muchos técnicos esperando también su posibilidad. Ojalá que pueda orientar algún equipo de primera en Buenos Aires y, lógicamente, un gran sueño es dirigir a Atlético Nacional porque conozco el club y sé de su grandeza”.
¿Cuál rol siente que es mejor, el de futbolista o el de entrenador?
“Es una responsabilidad diferente. Antes tenías compañeros al lado tuyo que compartían la responsabilidad, ahora eres el eje, tienes que comandar, es más difícil tener que poner en orden lo que a uno le parece, que por ahí sale o de pronto no”.
¿Usted ha tenido preparación de cara a esta nueva faceta?
“Sí, he tenido charlas, encuentros con técnicos de acá, he dirigido ya equipos amateur de acá, me fue bien y fue una linda experiencia. También hay que estar pegado al televisor todo el día, escuchar, mirar videos y un montón de cosas. Estamos preparados. Mi amigo se fue a vivir a México, él está un poco más actualizado que yo, ha dirigido equipos mexicanos de forma interina y las inferiores de Lanús, o sea que estamos preparados para el día que salte algún equipo podamos demostrar nuestro trabajo”.
¿Qué es lo que más recuerda del paso por Nacional?
“Todo, porque no hay nada para un reproche. Al contrario, me han tratado como en casa, me han tratado muy bien mis compañeros, los utileros, la hinchada ni hablar. Me hubiese gustado retirarme en Nacional, pero por cosas del destino y de la vida no fue así”.
¿Por qué se dio su salida de Atlético Nacional?
“Todavía no sé por qué. Sinceramente nunca me dieron una explicación en ese momento, pero uno no guarda rencor, sino que me da tristeza no haber podido seguir en el club y haberme retirado ahí. Pero bueno, son cosas que pasaron. Siempre voy a estar agradecido por cómo me trataron”.
¿Usted tuvo diferencias con Santiago Escobar o algún dirigente que pudieron haber incidido en su salida?
“No, no te puedo decir ninguna de las dos cosas porque nadie me dijo nada. Lo único que me dijeron es que me tenía que presentar en el club y firmar la rescisión de contrato y estábamos listos. O sea, yo no sé si fue el lado de la dirigencia, si fue el lado de Sachi Escobar, no lo sé, por eso te digo, me fui un poco perdido del club porque me citaron ahí, no hablé con nadie, simplemente creo que estaba Víctor Marulanda. También le agradezco porque él siempre me ha tratado muy bien, es buena persona, me dio lo mejor a mí y a mi familia, pero él nunca tampoco supo la explicación”.
¿Qué amistades le dejó su paso por el conjunto verdolaga?
“Después de tanto tiempo se va perdiendo contacto, pero con Víctor Hugo Aristizábal siempre nos hablamos, bueno también con Chicho (Serna), que ahora está en Buenos Aires. También he dialogado con Andrés Saldarriaga, que tuve el placer de haberlo visto y saludarlo, al igual que a Jair Rambal. Lógicamente que me gustaría volver a encontrarme con la mayoría de mis compañeros porque teníamos un gran grupo, que la verdad fue como una familia, nos llevábamos muy bien, igual con el cuerpo técnico, en general todo fue armonioso”.
La final que perdieron con Junior fue uno de los momentos más emotivos de su paso por Nacional, ¿qué recuerda de ella?
“Fue una de las cosas más decepcionantes a nivel deportivo. Teníamos prácticamente el campeonato ya listo como para dar la vuelta, pero nos hicieron un gol y perdimos por penales. Las cosas nos dolieron, pero eso nos hizo fuertes. Me acuerdo que llegamos al camerino mal, no podíamos hablar, algunos se le escapaban las lágrimas, pero lo bueno de este deporte es que siempre da revancha”.
Atlético Nacional está en la final de la Liga, pero el pasado fin de semana ajustó cinco años sin ser campeón, ¿a qué le atribuye usted eso?
“El fútbol cada vez está más parejo, es como acá en Argentina, que a Boca le juegan a muerte. En Colombia sucede lo mismo porque Nacional es el más grande de allá. Hay momentos que uno puede jugar mejor que otros. Hay momentos que puedes llegar a la final o no, lo importante es que hay que estar ahí, hay que insistir hasta que se pueda llegar como ahora, que está cerca del título”.
Fuente: El Colombiano