La época dorada del algodón en Colombia se remonta al periodo comprendido entre 1950 y 1977, cuando su producción nacional aumentó casi 25 veces. Sin embargo, errores en políticas gubernamentales, pocos estímulos a los productores, trabas en las exportaciones y la expansión de plagas por malos manejos agronómicos terminaron por destruir lo que antes era uno de los motores del sector agrícola.
Luego de 45 años y de acumular una caída de la producción de 95,9%, la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) lanzó Algodón 2025, un documento que establece una serie de estrategias para la reactivación de la industria en los próximos tres años.
¿Resurgir como el Fénix?
El declive del algodón se reflejó en las exportaciones y en la demanda interna: desde 2014, Colombia dejó de vender este producto al exterior, además de que el país pasó de consumir en el pasado más de 100.000 toneladas anuales a solo 24.000 en 2021.
César Pardo Villalba, presidente ejecutivo Conalgodón, en diálogo con EL COLOMBIANO, explicó que para la recuperación del algodón el gremio se ha propuesto trabajar en varias líneas estratégicas, tales como impulsar las inversiones, promover la producción y el uso de semillas de alta tecnología, garantizar el suministro de maquinaria, apoyar los instrumentos de financiación, así como de estabilización de los precios, y mejorar la calidad de la fibra para competir en los mercados.
“Durante mucho tiempo el algodón fue el segundo producto de exportación agrícola después del café, pero luego su historia fue crítica. Hoy creemos que este producto puede volver a ser un cultivo importante como el arroz y el maíz”, apuntó Pardo.
De esta manera, los algodoneros proyectan que la superficie sembrada supere las 14.400 toneladas este año, un 80 % más frente al año anterior. Para 2023 las previsiones apuntan a que esta aumente a 23.600 en 2023, 28.350 en 2024 y 36.100 en 2025 (Ver gráfico).
Con esto, se espera una recuperación modesta en las zonas tradicionales algodoneras y la apertura de la región de la altillanura, de los departamentos del Meta, Casanare y Vichada, que iniciarán con la siembra de 1.000 hectáreas en el segundo semestre del año (Ver Para saber más).
Así mismo, entre las proyecciones para 2025 está que Colombia, después de ocho años de no exportar, vuelva a vender su algodón a mercados internacionales.
Signos de recuperación
La productividad del algodón colombiano es comparable a la de Estados Unidos y muy superior a la de Argentina, aunque continúa siendo inferior a la de importantes productores y exportadores como Brasil y Australia.
No obstante, en la actualidad se destacan algunos avances que permiten vislumbrar un buen futuro cercano para el algodón.
Precisamente, uno ellos es en cuanto a la reducción de los costos de producción, que hace 10 años alcanzaban los 140 centavos de dólar la libra y que hoy están en 80 centavos de dólar por libra.
“El consumo nacional también muestra signos de recuperación. En este año, la industria textil consumirá 40.000 toneladas, casi el doble del consumo registrado entre 2020 y 2021. Se espera que las empresas textiles procesen nuevamente las 100.000 toneladas que procesaban hace 15 años. El tamaño del mercado interno es lo suficientemente atractivo para reactivar la producción del algodón nacional”, resaltó el líder de los algodoneros.
Peticiones al nuevo gobierno
Uno de los pilares de la campaña a la presidencia de Gustavo Petro fue establecer una economía basada en la agricultura. Por tal razón, tras su elección como el primer mandatario del país, el gremio algodonero espera una mayor atención para el sector en general.
“Si uno dice que va a trabajar por el campo tiene que destinar un buen presupuesto para el agro. Y no centrarse solo en los subsidios sino en inversiones para investigación, tecnología, apoyos y estímulos a la mecanización agrícola. Por ejemplo, uno de los problemas del algodón es que los equipos están muy viejos y hay un déficit de cosechadoras, porque la recolección manual ya pasó a la historia”, dijo Pardo.
Así, la petición de los agricultores para que el campo colombiano sea más competitivo es que no se generen más políticas gubernamentales —consideran que no se necesitan más—, sino que se destinen mayores recursos en el presupuesto para el sector, ya que en los últimos cinco años este se ha venido reduciendo considerablemente.
Fuente: El Colombiano