Mucha agua pasó bajo el puente entre el momento en que Josep Carulla Vidal, llegó a Colombia en 1904 a través del puerto de Barranquilla, hasta el 27 de abril de 2012, cuando Juan Carlos Otoya de SmartBrands, presentó la última versión conocida del logo de uno de los supermercados más importantes del país.
Bogotá,05 de Agosto del 2024.- Sin embargo, este logo contiene mucho más que la historia de Carulla, es una parte de la historia de la publicidad en Colombia y por supuesto, parte de la historia de los usuarios de la marca a lo largo de los últimos 120 años.
La caducidad de un logo
No existen registros sobre el origen del primer logo de Carulla, sin embargo, es claro que no es una coincidencia que el segundo logo naciera con la llegada de las primeras agencias de publicidad a Colombia, y con la necesidad de reinventar la marca para superar la coyuntura económica después del ‘crack’ de 1929.
75 años después, la tipografía tan exitosa en 1930 tenía un aspecto obsoleto y aparece por primera vez la figuración de las espigas y una inclinación de 15 grados, casi emulando una firma. Esta idea se simplificó aún más apenas 5 años después de eliminado el contorno redondeado del logo.
La voz de Juan Carlos Otoya
Gran parte del cambio detrás de la imagen de Carulla fue movido por el cambio de paradigma, no se trata ahora simplemente de vender productos exclusivos y de altísima calidad, sino de centrarse en la satisfacción del cliente. En otras palabras, en brindar una experiencia de usuario óptima.
En ese sentido, la nueva identidad expresa con mayor claridad, impacto y emoción la promesa de la marca “Un placer para todos los días”. La comunicación actual de Carulla se enfoca en la satisfacción del cliente, mientras que el logo anterior se enfocaba en la frescura, este atributo ya está implícito en el nombre Carulla”.
Por supuesto, se gestó toda una polémica en su momento alrededor del gesto de la sonrisa y de la pertinencia del nuevo logo. Casi 3,000 comentarios negativos inundaron las redes sociales de Carulla quejándose por el nuevo logo y cada diseñador gráfico y agencia tuvo algo que decir.
Claudio Arango, mentor y amigo de Otoya, y conocido en el mundo de la publicidad no solo por ser director de Brandingdang, sino por haber diseñado uno de los afiches con mejor recordación de la historia gráfica del país, la campaña presidencial de Luis Carlos Galán para el periodo 90 – 94, en su momento plantó también sus críticas al logo final.
Veo dos grandes fortalezas en su nueva identidad visual, por una parte, la recuperación del óvalo para la marca y por otra, la ganancia de un símbolo positivo y diferenciado, la doble ele feliz (…) no obstante, formalmente me molestó un poco el espacio entre las dos eles, yo las hubiera unido un poco más.
Han pasado casi 12 años desde la última actualización del logo de Carulla y es claro ahora que las críticas que señalaban una presunta falta de pertinencia y fuerza carecían de sustento. El tiempo dirá si este logo tendrá una vida útil que iguale a sus predecesores de 1905 y 1930.
