Lima, 18 de Diciembre del 2024.- El modelo de Open Banking, que permite a los consumidores compartir de manera segura sus datos financieros con proveedores de servicios externos, se está consolidando como una de las principales innovaciones en el sector financiero global. De acuerdo con Statista, se estima que el volumen de transacciones de Open Banking superará los 600 billones de dólares en 2027, lo que refleja la rápida expansión de estos servicios en diversas regiones, incluida Latinoamérica.
A medida que los servicios financieros evolucionan, el Open Banking facilita la creación de soluciones tecnológicas más personalizadas, mejorando la experiencia del usuario, impulsando la competencia en el sector y permitiendo la integración de tecnologías avanzadas, como la Inteligencia Artificial (IA), para proteger los datos sensibles de los clientes frente a los ciberataques. Sin embargo, la relación entre la IA y los ciberataques es cada vez más compleja: mientras que los ciberdelincuentes utilizan técnicas como phishing y malware, la IA desempeña un papel clave en la detección y prevención de amenazas emergentes, adaptándose continuamente para combatir nuevas tácticas.
En este contexto, varios países de la región están avanzando en la adopción de marcos normativos para promover el open banking y Finanzas Abiertas. Brasil ha liderado este proceso con una regulación integral alineada a su sistema de pagos inmediatos, mientras que México, a pesar de haber comenzado en 2018, aún no ha logrado avances significativos. Chile, por su parte, ha comenzado a implementar leyes Fintech que impulsan un sistema de Finanzas Abiertas, que entrará en vigor en 2026. Y en otros países como Argentina, Perú y Colombia, aunque se está avanzando en la dirección correcta, aún existen desafíos normativos y regulatorios por superar.
Con respecto a este panorama, a pesar del crecimiento de Open Banking en la región, uno de los mayores retos sigue siendo la protección de los datos financieros y la privacidad de los consumidores. Un informe de Openfinance destacó que, a nivel global, la privacidad y la protección de datos son consideradas como las principales barreras para la implementación efectiva del Open Banking, seguidas por la complejidad técnica de la regulación y la necesidad de encontrar un equilibrio entre innovación y seguridad.
Paola Sánchez, directora de Desarrollo de Negocios de RiskShield en INFORM para LATAM, subraya la importancia de una regulación adecuada y la adopción de tecnologías seguras para garantizar el éxito de este modelo.
Para la ejecutiva, la colaboración entre los reguladores y las empresas es clave para proporcionar a los usuarios un entorno seguro, donde se pueda controlar el acceso a sus datos personales y financieros.
“El uso de APIs (en inglés, application programming interface), que actúan como puentes tecnológicos para compartir datos de manera segura, junto con tecnologías avanzadas de prevención de fraude, evaluación de riesgos y monitoreo de actividades sospechosas contra el lavado de dinero (AML), resulta crucial. Las herramientas más avanzadas dotadas de IA híbrida permiten interpretar y utilizar esta información de manera flexible, facilitando la toma de decisiones en tiempo real. Además, generan una huella digital del cliente que ayuda a identificar y prevenir los fraudes, adaptándose al modus operandi que tienen los delincuentes financieros y que está en constante evolución. Esto refuerza la capacidad de mitigar y prevenir amenazas emergentes de manera efectiva”, asegura Sánchez.
Finalmente, la ejecutiva hace hincapié en que, si bien más países de la región están promoviendo e implementando iniciativas de Open Banking, es crucial que se desarrollen marcos regulatorios claros, que protejan a los usuarios y se fomente la innovación financiera. “Solo a través de la adopción de tecnologías avanzadas, flexibles, adaptativas con altas capacidades de responder en milisegundos, es posible mitigar los riesgos y asegurar el éxito de este ecosistema emergente”, finaliza la representante de INFORM para LATAM.