Vamos, tú también lo sabes: el mejor regalo no es esa caja tan grande con el lazo perfecto, sino ese momento que te deja con una sonrisa en la cara. Una tarde de risas, un viaje exprés con tu mejor amiga, ese “¿te acuerdas de aquella vez?” que surge años después en cualquier cena. Los recuerdos que permanecen.
Así que estas fiestas, olvídate de los envoltorios (y de buscar las tijeras, ¡que nunca aparecen cuando se las necesita!). Regala experiencias que emocionan y se quedan contigo para siempre
Y si eres de los que dejan todo para el último momento, recuerda que las entradas también son el regalo ideal para los más tardones y los que no tienen tiempo. ¡Puedes comprarlas en cualquier momento!
¿Preparado para repartir recuerdos? |