Bogotá, 13 de Febrero del 2025.- Aunque es poco frecuente, el cáncer también puede afectar a los niños. Lamentablemente, a esta edad no es posible prevenirlo; sin embargo, cuando se detecta a tiempo, las probabilidades de curación alcanzan el 80 %. Por ello, es fundamental que los padres estén atentos a cualquier cambio en la salud de sus hijos.
Cada 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil, una fecha que nos recuerda que esta enfermedad no distingue edades. Las estadísticas muestran que los niños menores de cinco años y los adolescentes son los más vulnerables a esta afección, lo que resalta la necesidad de controles médicos regulares. En este sentido, los chequeos del niño sano desempeñan un papel fundamental, ya que permiten identificar signos de alerta y realizar un diagnóstico precoz.
El Dr. Yan Carlos Vargas Caycho, médico radioncólogo y director de Oncodrip, señala que los tipos de cáncer infantil más frecuentes son la leucemia, el linfoma y los tumores del sistema nervioso central. La leucemia representa el 52% de los casos y afecta a las células sanguíneas, alterando su producción normal. El linfoma, que compromete el sistema linfático, constituye el 12% de los diagnósticos. Por su parte, los tumores del sistema nervioso central, localizados en el cerebro y la médula espinal, representan el 7% de los casos.
Reconoce las señales de alerta
El cáncer infantil es una enfermedad grave, por lo que es esencial que los padres estén bien informados y atentos a cualquier síntoma sospechoso. La detección temprana es clave para acceder a un tratamiento oportuno y mejorar el pronóstico. Estos son sus principales signos:
Una lucha en equipo: padres, médicos y esperanza
Los avances en medicina han transformado lo que antes era un diagnóstico desalentador en una batalla con altas probabilidades de éxito. Ante la presencia de síntomas sospechosos en un niño, es fundamental actuar sin demora. La detección temprana puede marcar la diferencia en el tratamiento y el pronóstico. Por ello, acudir al pediatra para una evaluación y los exámenes correspondientes es el primer paso para garantizar la mejor atención posible.
Es importante recordar que el tratamiento no finaliza con la cura. La Asociación Americana de Cáncer recomienda un seguimiento médico continuo para detectar posibles efectos secundarios a largo plazo derivados de la terapia. En este proceso, la perseverancia y el amor incondicional de los padres desempeñan un papel crucial, brindando apoyo y estabilidad a los pequeños sobrevivientes.
Este 15 de febrero, reflexionemos sobre la importancia de estar atentos a las señales de alerta, de informarnos como padres y de convertirnos en los principales aliados en la salud de nuestros hijos. La detección temprana salva vidas, y un diagnóstico a tiempo puede ser el comienzo de una historia llena de esperanza.