Era un funcionario del Gobierno ruso, uno bueno, que entró en la Administración años atrás y fue escalando posiciones hasta llegar al corazón del poder en Moscú: la oficina presidencial del Kremlin. Pero no era uno más. En algún momento, décadas atrás, los servicios de inteligencia estadounidense lo reclutaron como informante y, al llegar 2016, […]