Como hermanos, sin conocerse, se abrazaron y lloraron. Minutos antes habían estado apuntándose con sus fusiles. Uno de ellos, al borde de perder su última fuerza, pero nunca la esperanza. El otro, cumpliendo la misión de encontrar al hombre que ahora le apuntaba y llevarlo a salvo a los brazos de su humilde familia boyacense, […]